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EL DEBATE SOBRE LA ALIANZA ATLÁNTICA

Felipe González y Manuel Fraga convirtieron el debate en un mutuo reproche sobre sus respectivas contradicciones

El presidente del Gobierno, Felipe González; el presidente de AP, Manuel Fraga, y el portavoz de Minoría Catalana, Miquel Roca, se tiraron ayer las hemerotecas a la cabeza para recordarse antiguas contradicciones, en la sesión que inauguró el debate parlamentario sobre paz y seguridad. Pese a existir un doble debate, con la segunda parte reservada específicamente para la discusión y aprobación del decreto de convocatoria del referéndum, la consulta popular sobre la OTAN centró las intervenciones, réplicas y contrarréplicas de ayer, aunque el polémico tema en muy pocas ocasiones llegó a calentar los ánimos del hemiciclo.

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En el curso del debate, Felipe González reveló que el Plan Estratégico Conjunto (PEC) y el Plan de la Defensa Nacional, oficialmente secretos y de los que el presidente del Gobierno consideró que aportaban poco a la discusión sobre la Alianza Atlántica, serán discutidos en el Parlamento, lo que fue calificado como "una buena noticia" por Fraga.El jefe del Gobierno y el líder de la oposición conservadora consumieron buena parte de sus intervenciones y subsiguientes intercambios verbales en lanzarse mutuamente acusaciones sobre las pasadas contradicciones que ambas partes han mantenido, respectivamente, en lo que hace a la permanencia o no de España en la Alianza Atlántica, y a la posición ante el referéndum.

"Aquí, la única diferencia es que yo reconozco mis contradicciones", dijo Felipe González, mientras Fraga repetía que las contradicciones entre sus pasadas declaraciones acerca de que votaría y recomendaría el sí en el referéndum y su actitud actual son "diferencias sobre puntos y comas, mientras las de los socialistas son de donde dije digo, digo D¡ego".

Lo que pide el cuerpo

El presidente de AP no entró a comentar la observación hecha por González de que existen contradicciones internas en la Coalición Popular sobre la firma del Tratado de No Proliferación Nuclear, a la que Fraga se opuso ayer en su intervención, mientras que el PDP de Óscar Alzaga, en su pasado congreso, la recomendaba."Ustedes querrían votar no, lo que pasa es que no les dejan", acusó Fraga a González. El jefe de la oposición conservadora dijo luego, refiriéndose al referéndum: "Con esa pregunta, a mi lo que me pide el cuerpo es votar que no".

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"Ustedes", replicó González, "pueden deslizar hacia ese terreno a parte de los que les siguen". El presidente sugirió que esta actitud podría llegar a tener connivencias con la preconizada ayer desde la primera página del diario ultraderechista El Alcázar, donde se predicaba el voto negativo en el referéndum.

["La contestación en el referéndum OTAN debe ser un rotundo no", titulaba ayer, en todo el ancho de su primera página El Alcázar].

También gran parte del intercambio verbal entre González y Miquel Roca estuvo dedicado a las pasadas contradicciones de los socialistas. Roca comenzó su intervención pidiendo que se leyera el Plan Estratégico Conjunto, al que Fraga ha tenido acceso, pero no él, lo que fue rechazado por el presidente de la Cámara, Gregorio Peces-Barba, quien alegó que tampoco él tenía el documento. Previamente, Fraga y González habían sostenido un enfrentamiento a cuenta del PEC, que, según el presidente del Gobierno, nada tiene que ver con la discusión sobre la permanencia en la Alianza Atlántica, afirmación rotundamente rechazada por Fraga.

El portavoz de Minoría Catalana, que denunció la "gran confusión" introducida por los socialistas en lo referente a la OTAN, fue el primero en plantear ayer qué ocurriría si el Gobierno pierde el referéndum. "Entonces, señoría, es evidente que se saldría de la Alianza", le respondió González, quien añadió que, posteriormente a esta decisión, el PSOE tomaría las suyas propias y haría su congreso; "aunque yo recomendaría mantener la actitud que ahora tenemos", precisó.

En su intervención inicial, considerada por varios portavoces de la oposición como "más dirigida al electorado que a la Cámara", "un comienzo de campaña del referéndum, aprovechando el espacio gratuito en televisión", González hizo un llamamiento al consenso en temas de política exterior. Oferta no atendida por Fraga, quien opinó que "un consenso no se hace imponiendo condiciones una de las partes". El presidente descartó la opción neutralista para España, y consideró tan sólo una alternativa para la seguridad exterior: la relación bilateral con EE UU o el mantenimiento en la Alianza en las condiciones actuales, "posición ésta que es la que más se ajusta a los datos de la realidad".

Desmontar el 'decálogo'

Fraga se aplicó, en su turno de intervención, a desmontar los argumentos de González, especialmente los contenidos en el decálogo sobre política exterior formulado en octubre de 1984 por el presidente del Gobierno, y en el que los socialistas basan la permanencia en la Alianza Atlántica. Consideró a la Unión Europea Occidental (UEO) un "artificioso camelo"; y "una especie de vergonzante obje ción de conciencia" la no pertenencia al mando militar integrado de la OTAN. Según Fraga, España puede ser un país desnuclearizado aun estando en la organizacion militar de la Alianza, y tampoco tendría obligación de enviar tropas propias a otros países aliados; igualmente, podría, si quisiera, declarar desmilitarizadas ciertas zonas. Tanto el presidente de AP como Roca insistieron, por consiguiente, en la conveniencia de pertenecer "con todas sus con secuencias" a la OTAN.

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