Arafat se resiste a reconocer al Estado de Israel
El rey Hussein de Jordania y Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), libran en Amman un tira y afloja sobre la aceptación por este último de las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU, que implican el reconocimiento de Israel. Pese a que la estancia de Arafat en la capital jordana no ha concluido aún, ciertos indicios permiten sospechar que la respuesta del líder palestino a la petición del monarca -que el pasado noviembre fijó un plazo de dos meses para que Arafat aprobase ambos textos, base de eventuales conversaciones de paz- será negativa.
Aunque las resoluciones 242 y 338 estipulan una retirada israelí de los territorios ocupados en la guerra de los seis días, en 1967, su reconocimiento del derecho del Estado judío a disponer de fronteras seguras y, más aún, su circunscripción de la cuestión palestina a un mero problema de refugiados sin derecho a la autodeterminación han sido siempre rechazados por la OLP.Aun así, Arafat, que a petición del rais egipcio, Hosni Mubarak, ya condenó en noviembre, en El Cairo, la violencia antiisraelí fuera de los territorios ocupados, estaría dispuesto a dar, probablemente en secreto, su visto bueno a ambas resoluciones si Washington reconociese a su vez el derecho de los palestinos a autodeterminarse y, sobre todo, garantizase su participación en las conversaciones de paz.
Para seguir de cerca los encuentros entre el soberano hachemita y Arafat, que llegó a Amman el sábado por primera vez en dos meses, dos altos funcionarios del Departamento de Estado norteamericano, Rocky Sudders y Watt Cluveruis, se encuentran también en la capital jordana.
[Durante el pasado fin de semana Jordania ha intentado, sin éxito, convencer a EE UU para que reconociera formalmente a la OLP a cambio de la aceptación por el grupo palestino de las resoluciones 242 y 338, según revelaron ayer en Amman fuentes palestinas autorizadas a la agencia France Presse.]
Jordanos y norteamericanos preparan, sin embargo, estrategias de recambio por si la colaboración jordano-palestina desemboca en un callejón sin salida. Alentada por Washington, Jordania puede estar tentada de formar una delegación común con habitantes de la Cisjordania ocupada por Israel adeptos al monarca, en la esperanza de que el régimen sirio, acérrimo enemigo de Arafat, se sume a esta iniciativa, que no incluiría a personalidades allegadas a la actual dirección de la OLP.
En cuanto a la central palestina, su alternativa en caso de estancamiento ha sido parcialmente revelada por un comunicado emitido al término de una reciente reunión de sus instancias dirigentes en la capital iraquí, Bagdad, que menciona de nuevo su aspiración a la creación de un Estado independiente -olvidada en la fórmula de acción conjunta puesta a punto con Arman- en un párrafo dedicado a resaltar los esfuerzos de la Unión Soviética a favor de su causa.
El Kremlin ha propuesto a la OLP, durante la visita a Moscú del jefe de su Departamento Político, Faruk Kadumi, mediar en el enfrentamiento entre la resistencia palestina y el régimen sino si Arafat renuncia a seguir adentrándose en un proceso de paz patrocinado por EE UU.
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