La sonda 'Voyager-2' descubre el décimo anillo y la decimoquinta luna del planeta Urano
La sonda norteamericana Voyager-2 ha descubierto la existencia del décimo anillo y la decimoquinta luna del planeta Urano. La noticia fue dada a conocer a última hora del sábado desde el centro JPL (Jet Propulsion Laboratory), que posee la Agencia Espacial norteamericana (NASA) en la localidad de Pasadena, en Califórnia. El Voyager-2 consiguió acercarse el viernes pasado a tan sólo 81.000 kilómetros de este planeta, alejado de la Tierra 3.200 millones de kilómetros, y lanzar en dirección al planeta Neptuno una pequeña sonda automática que se estrellará contra su superficie en agosto de 1989.
Hasta el viaje del Voyager-2 tan sólo se le conocían cinco lunas al planeta Urano. La sonda norteamericana ha permitido también determinar, gracias al estudio del campo magnético descubierto alrededor de Urano, que el polo norte del planeta -cuyo eje e rotación está inclinado sobre la elíptica, al revés que el del resto de los componentes del sistema solar- está orientado hacia abajo y de cara al Sol, en contra de lo que creían los científicos, que era el polo sur el enfrentado al Sol.Las imágenes de Urano recibidas hasta el momento, de extraordinaria- nitidez, según los especialistas, revelan también la existencia de un intenso halo luminoso a su alrededor. Según Lyle Broadfood, un especialista de la universidad de Arizona, estaría producido por la colisión de electrones lanzados a gran velocidad y de las partículas de hidrógeno que forma la atmósfera del planeta.
Hasta el momento habían sido identificados nueve anillos y 14 lunas alrededor de Urano. La composición de los anillos ha sido una de las sorpresas que ha transmitido el Voyager. Los astrónomos los suponían mucho más densos, anchos y cargados de polvo, pero los datos han revelado que su densidad es 100 .000 veces menor que la de los del planeta Saturno.
Actividad geológica
El nuevo anillo, bautizado provisionalmente 1986U1R, está situado entre los anillos Épsilon y Delta, que son los más alejados del planeta. Por su parte, la nueva luna descubierta, cuyo nombre provisional es 1986U9, se halla situada a 50.000 kilómetros de Urano, tiene un diámetro de 48 kilómetros y efectua una vuelta alrededor del planeta cada 10 horas y 23 minutos.Los especialistas del centro JPL de Pasadena están estudiando también las imágenes que han llegado de las cinco mayores lunas del planeta: Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón. Las imágenes muestran que su relieve es mucho más acentuado de lo que se esperaba, lo que demuestra una considerable actividad geológica y que muchas de ellas ofrecen señales de haber recibido fuertes impactos. Concretamente una de las fotografías revela la existencia de una montaña de más de 4.000 metros de altura en el centro de un enorme cráter del satélite Oberón que según los científicos podría ser el resultado de una reacción geológica al impacto de un meteorito. También en Miranda, uno de los mayores satélites de Urano, se han descubierto numerosos cráteres.
Otra de las suposiciones que se mantenían sobre este desconocido planeta y que el Voyager 2 ha desmentido es la de la composición de su atmósfera, que se suponía compuesta en más de un 40% de helio, cuando en realidad mantiene el porcentaje común de muchos otros planetas, de un 20%.
Los investigadores esperan conocer próximamente nuevos datos procedentes de la pequeña sonda que se dirige hacia el planeta, Neptuno. Las señales que envía tardan tres horas en llegar a la Tierra, a las que hay que añadir otras ocho horas cuando la nave se encontraba en la cara oculta del planeta.
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