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Entrevista:

Taylor Hackford: "Mi película no quiere capitalizar las ideas de Reagan"

El director de 'Noches de Sol' desea acabar con el falso 'sueño americano'

El conocido bailarín de ballet Mijail Baryshnikov ha realizado su primera película como protagonista en Noches de Sol de Taylor Hacktord, que se acaba de estrenar en España. Junto a Baryshnikov, Gregory Hines, el bailarín de claqué que destaca en Cotton Club, forma una pareja de opuestos. la película plantea un conflicto entre las superpotencias, poniendo énfasis en la falta de libertad para los artistas en la URSS. El director Taylor Hacktord, de 41 años, autor de Oficial y caballero, opina que su película no pertenece a la ola de cine revanchista que capitaliza las Ideas de Reagan, y quiere acabar con el falso sueño americano.

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Acción y caramelo

Noches de Sol es una película sobre contrastes. La noche y el día. El blanco y el negro. Estados Unidos y la Unión Soviética. Los buenos y los malos. El triunfo y el fracaso. Convencimiento y desilusión. Entre el maniqueísmo convencional sobre este tema y las propuestas para cambiar las ideas sobre ellas, el director Taylor Hackford defiende una película, según él, malentendida.Pregunta. ¿Por qué decidió hacer Noches de Sol ahora, que coincide con la ola nacionalista del cine norteamericano?

Respuesta. Es interesante. Yo decidí hacer esta película hace tres años. Muchas veces, cuando decides hacer una película, pasa mucho tiempo hasta que logras poner en marcha el proyecto, y en un clima muy distinto al que había cuando empezaste. Pero, en última instancia, lo que yo quería hacer era una película sobre danza única en su género. Empecé sin una historia. Empecé con una filosofía, la de una historia muy intensa de la que la danza surja naturalmente en un entorno realista. No como las películas tradicionales de danza, en las que las escenas de baile, aunque brillantes en muchas ocasiones, detienen el desarrollo de la trama.

No quise usar actores y luego doblar las escenas de baile, como en Footloose y Flashdance, sino usar grandes bailarines y hacerles actuar. Encontré a Baryshnikov y Gregory Hines; creo que ambos son los mejores representantes en su generación. Luego busqué la historia que no sólo se adapte a sus disciplinas de baile, sino a sus respectivas personalidades.

Necesitaba una historia que se aproximase a lo que ellos son en la vida real. Quería un bailarín soviético de ballet que viviera en Occidente, que hablara inglés, y Hines, un norteamericano bailarín de claqué con la experiencia de un hombre negro en Estados Unidos. Una historia que uniera estos dos factores, y James Goldman me la trajo.

La historia tiene, obviamente, una intención política: la necesidad de libertad para expresarse artísticamente. Pienso que las sociedades pueden ser juzgadas por la cantidad de libertad que ofrecen a los individuos, en especial a los artistas. El factor principal de la película es la falta de libertad en la Unión Soviética. Espero que se reflejen también algunas críticas a Estados Unidos.

El problema es que la película ha empezado a exhibirse en un momento en el que hay una serie de películas obviamente reaganistas, como Rambo, Rocky IV, Invasion USA y otras, y pienso que es importante destacar que yo he querido hacer un filme muy distinto. Mi intención no es la de aquellos productores que han tratado de capitalizar la propaganda nacionalista de Reagan.

P. ¿Cómo se ve en Estados Unidos esta ola de películas revanchistas?

R. Yo soy un cineasta norteamericano. Las películas que hago reflejan mi cultura y lo que soy yo. La industria de Hollywood es casi totalmente comercial, y en muchas ocasiones se dirige sin miramientos hacia un objetivo preciso. Reagan, envuelto en la bandera, trata de desarrollar un tipo de país que se parezca a las actitudes que él asume. Alguna gente de cine se ha apresurado a capitalizar este espíritu. Es el clásico oportunismo, que me desagrada profundamente.

Silvester Stallone dinamitando asiáticos y diciendo, en esencia: perdimos en Vietnam, pero podemos revivir nuestro machismo norteamericano, como en Rambo, me parece despreciable. Pero los norteamericanos no somos tan inocentes como parece desde el exterior.

Ronald Reagan es un extraño personaje en la historia de la política norteamericana. En los años 70, los norteamericanos se dan cuenta que la época de crecimiento ilimitado ha terminado. Resulta muy confuso para la gente que ha vivido esta etapa al principio que esto ya no era así, que el desarrollo no era ilimitado, que podías tener tres coches y pedir más.

El sueño americano que vende Rocky, por ejemplo, es el del hombre de origen muy humilde que llega a triunfar hasta hacerse multimillonario. En mi anterior película, Oficial y caballero, se planteaba de manera distinta. Un hombre pobre llega a ascender socialmente un peldaño más, sigue siendo un ascenso, aunque no espectacular, y pienso que esta película replanteó el problema a muchos norteamericanos. Reagan está vendiendo el tradicional sueño americano, pero, a pesar de todo, tras ocho años de reaganismo los norteamericanos entienden que esa era ha terminado. Sé que estas películas revanchistas pueden ser alarmantes para muchos, pero pienso que no tendrán ninguna consecuencia.

P. Su película consigue cierta verosimilitud en la situación del bailarín soviético de vuelta en la URSS tras un aterrizaje forzoso del avión en que viaja a Japón. Lo del bailarín de claqué en Siberia es más dificil de creer.

R. Sí, la situación de Baryshnikov es más verosímil La otra parte, sin embargo, tiene precedentes Al término de la guerra de Corea 21 soldados norteamericanos eligieron permanecer en China. Algunos se quedaron durante 17 o 18 años, se casaron, formaron familias; finalmente todos volvieron. En la guerra de Vietnam, 90.000 soldados norteamericanos desertaron. Más de los que habían desertado en todas las guerras anteriores del país juntas. De ellos, el 2% sigue viviendo en el extranjero.

Eso me hizo pensar qué pasaría si un negro norteamericano insatisfecho quisiera rechazar a su país, como muchos hicieron. Alguien buscando una alternativa a Estados Unidos. Resumiendo, sí es una situación hipotética, pero sigue siendo interesante echar una mirada a estos dos hombres opuestos en todo.

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