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CIENCIA

Un planeta grande, frío y denso

Centenares de científicos y de astrónomos se reunieron ayer en el Jet Propulsion Laboratory, situado en California (Estados Unidos), que es el organismo encargado de seguir la misión espacial del Voyager 2. Esperaban con expectación empezar a conocer datos sobre los secretos de Urano, uno de los planetas gigantes del sistema solar, el tercero en tamaño, después de Júpiter y Saturno. Urano es cuatro veces mayor que la Tierra, pero se encuentra tan lejos que resulta prácticamente desconocido para los astrónomos.La luz que llega a Urano es 1.600 veces más débil que la que alcanza la Tierra. Tanto Urano como Neptuno, que son considerados planetas gemelos, tienen un espeso manto gaseoso o atmósfera, formado sobre todo por compuestos gaseosos de hidrógeno, carbono, nitrógeno, oxígeno y, quizá, helio. Urano puede tener bajo este manto oceános formados por metano, amoniaco y agua.

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Dada su especial posición respecto al Sol y su lejanía, es un planeta considerado no habitable a causa de las bajísimas temperaturas que sufre y su propia composición. En la superficie de las nubes la temperatura media es de 210 grados centígrados bajo cero. Las medidas realizadas desde la Tierra sobre su masa indican que Urano es mucho mas denso que Júpiter y, Saturno, por lo que es probable que tenga un gran núcleo rocoso. La existencia de un campo magnético alrededor de Urano, ahora confirmada, permitirá estudiar el núcleo del planeta.

Según las teorías actuales, los campos magnéticos situados alrededor de un planeta están generados por el núcleo del planeta que rota. En Urano este núcleo se supone que es similar en tamaño a la Tierra.

Los científicos esperan que, a su paso por Urano, el Voyager 2 haya permitido conocer el período de rotación del planeta, perfilar la estructura (presión y temperatura) de la atmósfera y de terminar exactamente la composición atmosférica. También quieren medir la absorción de la luz solar por la atmósfera.

Otro de los objetivos es realizar un mapa de las nubes y neblinas observadas, medir la velocidad de los vientos en diversas latitudes en el hemisferio sur, buscar la posible existencia de auroras boreales, determinar el tamaño, la composición y la distribución de las partículas que forman los anillos, perfilar su situación y excentricidad, buscar nuevos anillos, encontrar las lunas pastor y medir las masas, tamaños y densidades de las lunas y las características de su superficie.

La mayor parte del resto de los experimentos se dedica a determinar el campo magnético y la existencia de partículas cargadas atrapadas en él, así como la zona de interacción entre el viento solar y el campo magnético planetario.

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