Dinamarca y la Comunidad Europea
El Parlamento danés aceptó una gran responsabilidad cuando rechazó el martes por la noche, por una escasa mayoría de cinco, las modestas proposiciones de reforma de la Comunidad Europea que los Gobiernos de la Comunidad adoptaron a principios de diciembre. ( ... )El resultado inmediato es que los 12 ministros de Exteriores, incluidos España y Portugal, no podrán firmar el acuerdo de reforma el próximo lunes, como estaba programado. La firma formal requiere la ratificación de todos los miembros parlamentarios.
Por otra parte, es virtualmente cierto que ahora el primer ministro, Poul Schlüter, tendrá que someter el tema al voto popular. El resultado del referéndum es incierto. De acuerdo con un sondeo de opinión de este mes, sólo una pequeña minoría de daneses quiere que su país salga de la Comunidad Europea.
Pero el sondeo también demostró que una mayoría votaría contra la entrada en la Comunidad Europea si la decisión se tuviera que tomar ahora. Un más amplio sondeo en Europa muestra a la opinión pública danesa como la más hostil a cualquier propuesta para fortalecer la Comunidad.
Será duro para la minoría de centro-derecha de Schlüter prevenir un referéndum sobre el paquete de reformas de la Comunidad Europea de otro referéndum a favor o en contra de la permanencia de Dinamarca como miembro. Una mayoría fuerte a favor de las reformas podría ser interpretado como si los daneses quisieran salir.
El paquete de reformas de Luxemburgo es un compromiso cuidadosamente alcanzado después de difíciles negociaciones. Aporta pocos cambios, reduce el número de decisiones que pueden ser bloqueadas por un solo Estado miembro, mejora la coordinación de la política exterior y da al Parlamento Europeo un poco más de influencia mientras mantiene el poder del Consejo de Ministros. El paquete fue muy lejos para la oposición danesa, pero no lo suficiente para los demás. En particular, Italia presionó para unas próximas reformas.
En estas circunstancias, la tentativa del Gobierno danés de renegociar el acuerdo y, por consiguiente, convocar un referéndum está, con seguridad, condenada al fracaso.
, 23 de enero
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