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Ana María Moix presenta su último libro tras 12 años de silencio literario

La escritora Ana María Moix presentó el lunes en Barcelona su última obra, un libro de cinco narraciones largas llamado Las virtudes peligrosas, editado por Plaza & Janés. El libro es la primera obra que publica la escritora desde 1973, año en que apareció Walter, por qué te fuiste, su última novela. Para Ana María Moix, que Comenzó su. actividad literaria a los 19 años, "durante este tiempo, no he sentido ninguna urgencia por tomar papel y lápiz y sentarme a decir nada y, francamente, creo que sin esta urgencia no tenía mucho sentido, pero no he dejado la literatura; dejar la literatura es muy dificil".A propósito de los perfiles y contenido de Las virtudes peligrosas, Ana María Moix se muestra sumamente cauta, casi tímida. "El autor debería callar después de escribir; ahí está lo escrito para que el lector lo juzgue. Además, en estos casos uno ha tenido una idea; luego lo que sale es otra cosa y además, debajo o detrás de cada argumento hay otros diez, algunos de ellos conscientes y otros inconscientes".

Las cinco ilarraciones que componen Las virtudes peligrosas -una de ellas con el mismo título que el libro y las otras cuatro lla.madas Los muertos, El problema, Erase una vez y El inocente- no están situadas en ningún tiempo ni lugar concreto y generalmente retratan momentos en las vidas de sus protagonistas, que quedan abiertas a un pasado y un futuro más insinuados que explícitos. Ana María Moix está trabajando actualmente en una novela más extensa, localizada en Barcelona y en la época presente, que según ella misma "precisamente por esa falta de distancia, cuesta más de arrancar satisfáctoriaínente".

"Quizá", explica Ana María Moix, "hay dos elementos distintivos en estas narraciones, que se imponen para darles una identidad común. Uno lo sugiere el título del libro y de uno de los cuentos, pero en un sentido muy de fondo me refiero a las virtudes asumidas íntegramente, trascendentemente, que acaban resultando peligrosas para uno mismo y para los demás, los cultos obsesivos y peligrosos a una determinada idea de la bondad o de la belleza, lo que, extrapolando, serían los salvadores de la patria o de la humanidad, pero a nivel'privado, es decir, la virtud como bomba de tiempo".

"El otro elemento distintivo", añade, "es que, sin haberlo hecho deliberadamente, los personajes de estos relatos tienen en común un cierto extrañamiento o aislamiento de su entorno y de la realidad; son sensibilidades débiles y muchas veces atemorizadas ante el presente y el futuio, pero al mismo tiempo he tratado de darles una carga de ironía y de un cierto sarcasmo, que a veces es considerable".

El hecho de que Ana María Moix haya estado 12 años sin publicar ninguna obra de ficción narrativa podría sugerir un cierto desencanto con la literatura, pero la escritora se apresura a aclarar que no es así.

"Simplemente, me he dedicado a otras cosas que me reclamaban más imperativamente, como la traducción, los artículos periodísticos o la literatura para niños, pero es que además esta exigencia de producción constante me parece ajena a lo que yo intento hacer. Quizá el mercado sí que exige esta profesionalización del escritor. No lo discuto. Y también es posible que haya escritores que necesiten una regularidad en la producción, pero estoy segura de que no es éste mi caso".

Para Ana María Moix: "La literatura, la gran literatura universal, que no hay que confundir con la literatura actual de gran consumo, aunque una obra literaria de consumo puede ser gran literatura, tiene unos hilos conductores muy determinados. Yo creo que cuando uno escribe intentando hacer literatura, trata de hacer algo que tenga unos puntos de contacto determinados con esos ríos de la gran literatura universal, que por otra parte se escribe sola y descarta la escoria por si misma, con el propio transcurso del tiempo. La literatura es esto, un tejido que se va tejiendo a lo largo de los siglos, y que para nosotros comienza en Homero. A lo que un escritor puede aspirar es a completar un poco ese tejido, siquiera con un hilito".

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