Categoría y anécdota

Quería contestar al artículo de Luciano Rincón publicado en EL PAÍS (soy lector asiduo desde su publicación) del 8 de enero, con el título de Romance del socialista y la Guardia Civil, por dos motivos: uno, porque soy hijo de ese cuerpo que llamamos Benemérita, y dos, porque soy socialista.El autor quiere elevar a categoría lo que constituye una triste anécdota, y sabemos cómo ese lamentable suceso ha sido y será explotado por los independentistas de siempre. Cientos de páginas se han publicado sobre el caso Zabalza, y sin embargo cuando matan a un guardia civil ningún organismo de defensores de derechos humanos levanta su voz y denuncia la situación en que viven cientos de familias de guardias civiles en el País Vasco. Los niños tienen que esconder la profesión de su padre. Los tenderos ocultan descaradamente las mercancías o dicen no tenerlas cuando la mujer va a la compra (en el País Vasco se puede morir también por ser familiar o amigo de algún guardia civil).

Pero el Defensor del Pueblo no investigará ni estas ni parecidas torturas a que se ven sometidos los familiares de guardias civiles. Y Amnistía Internacional nada dice en su informe de los miembros de las FOP que han sido eliminados. Poco importa que los etarras hayan asesinado fríamente como sólo lo hacían los nazis. Con el tiro en la nuca juzgan, acusan y cumplen la sentencia, todo en unos segundos. No les importa que a veces se confundan y maten a niños, mujeres o jubilados. La "pareja" no es para mí una fijación temerosa. El articulista habla del crimen de Cuenca, del caso Almería; pero nada dice de los numerosos casos en que los miembros de la Benemérita han dado su vida por defender y amparar a la población civil (inundaciones del Norte, fuegos, pérdidas en la nieve, etcétera). Las casas-cuarteles (he vivido 17 años de mi vida en ellas) no han sido guetos, sino sitio de protección de los que se ven perseguidos y centros de beneficencia; pero estas casas-cuarteles han sido numerosas veces blancos de atentados terroristas en el País Vasco. Y este sí ha sido un invento etarra.

Me duele los tristes versos del poeta, pues yo sí he visto llorar a los guardias civiles, y, mal que le pese al señor Rincón, seguiré siendo socialista, tendré cariño a la Benemérita y continuaré leyendo EL PAÍS, aunque no me publiquen esta carta (he escrito varias y nunca las vi publicadas).- Manuel Sánchez.