Cinco desaparecidos al hundirse un barco en la costa asturiana
Cinco marineros desaparecieron ayer y 24 personas fueron rescatadas tras hundirse el barco Luchana en aguas de la costa asturiana, cerca del cabo de Peñas, según fuentes de la Comandancia de Marina, informa Efe. También ayer, el Castillo de Salas, encallado el sábado frente a la playa de Gijón, se partió en dos. Aunque no se ha hundido, el derramamiento de fuel y gasóleo de sus tanques hace temer por una marea negra en la costa asturiana. Los 32 tripulantes de este barco fueron rescatados ayer sanos y salvos por un remolcador holandés poco después de que el capitán decidiera abandonar la nave.
Entre los rescatados del Luchana figuran las esposas de dos tripulantes. Una de ellas y otros dos marineros presentaban heridas de gravedad. También sufrió lesiones graves un tripulante de uno de los barcos que participaron en el auxilio de los náufragos. Todas las personas rescatadas fueron conducidas a Avilés. Anoche, varios barcos buscaban a los cinco desaparecidos.El barco, que intentaba entrar en el puerto de Avilés, no lo pudo hacer a causa del fuerte temopral. En ese momento, un golpe de mar abrió la cuarta bodega y el buque se hundió en unos siete minutos.
Parte de la tripulación evacuó el barco a bordo de botes salvavidas tras lanzar una llamada de socorro a la que acudieron numerosos pesqueros. Algún miembro de la tripulación que no consiguió subirse al bote salvavidas se mantuvo nadando en el agua durante más de media hora, hasta que pudo ser rescatado.
En cuanto al Castillo de Salas, la rotura del buque fue provocada también por el fuerte oleaje, y las dos partes del barco están separadas unos 25 metros. El Castillo de Salas, que pertenece a la Empresa Nacional Elcano, almacena en sus bodegas 97.722 toneladas de carbón siderúrgico y dispone además de 1.190 toneladas de fuel y 104 más de gasóleo como combustible propio.
Poco después de producirse la rotura de la nave, que se encuentra embarrancada a unos 500 metros de la costa, se observó una mancha de no muy grandes proporciones. Fuentes de la Comandancia de Marina, de la tripulación y de Protección Civil estiman que el fuel es relativamente fácil de controlar porque se encuentra a unos 15 grados de temperatura y es casi un sólido.
Por otra parte, se están elaborando planes para tratar de evitar que la carga de carbón también se disperse por el mar y al mismo tiempo se estudia la posibilidad de que la mayor parte de es a carga, que casi en su totalidad iba destinada a Ensidesa, pueda ser rescatada. Se teme, sin embargo, que si se mantuviesen o se intensificasen el temporal y el oleaje, aumenten las posibilidades de una marea negra.
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