Las empresas petroleras norteamericanas aceptan abandonar Libia
Las cuatro empresas petroleras norteamericanas que operan en Libia están dispuestas, salvo imprevistos, a aceptar disciplinadamente las indicaciones del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, de cancelar sus trabajos en ese país árabe, y han proyectado ya un plan de evacuación de sus técnicos. Según fuentes próximas a estas empresas, se calcula que la evacuación, caso de producirse en estos términos, afectaría casi con toda seguridad al 90% de los técnicos, mientras que el resto parece dispuesto a seguir en Libia, desobedeciendo así la orden de Washington.
El número de ciudadanos norteamericanos que trabajaban en Libia se estima en 1.500, si bien existe otro millar que si no son originarios de este país sí están registrados en Estados Unidos como residentes. La mayoría proviene de países latinoamericanos (Argentina, Colombia, Venezuela y Perú, entre otros), formados en Estados Unidos. Pese a no tener esta nacionalidad, la orden del presidente Ronald Reagan también les afecta directamente.En la colonia norteamericana existe cierta desolación. En ella figuran técnicos que llevan incluso más de 15 años operando en Libia. Generalmente, sus salarios son bastante altos, y trabajar allí les supone unos ingresos difícilmente igualables en Estados Unidos o en otros países exportadores de petróleo.
Las cuatro empresas productoras de Estados Unidos en Libia son Occidental, Marathon, Amerada Hesse y Conoco. Todas ellas trabajan en consorcio con la National Oil Company (NOC), empresa nacional de petróleos, aunque con participación inferior en el capital social conjunto.
Pese a que todos los pozos están nacionalizados, estas empresas producen prácticamente el 80% del crudo del país. El otro 20% está en manos de la sociedad italiana Agip.
La producción del petróleo permanecía en manos de las cuatro empresas norteamericanas y de la italiana, ya que el socio libio se encarga más bien del de la comercialización.
Fuentes próximas a las empresas indicaron que el régimen del coronel Muammar el Gaddafi deja este tipo de trabajo en manos de técnicos extranjeros porque carece de propios, si bien el aspecto comercial y exportador lo dirigen exclusivamente las autoridades de Trípoli: "La comercialización", añadieron estas fuentes, "la llevan muy bien los libios, y el país ha dado en los últimos años excelentes ministros del Petróleo".
Una fase de espera
Medios diplomáticos occidentales consultados por EL PAÍS indicaron que tras la salida de los norteamericanos se va a producir una fase de espera, aunque estiman que ésta no va a durar mucho. Estas fuentes prevén que se entre de inmediato en la hora de los tiburones, expresión con la que se ha bautizado ya al momento del probable desembarco en Libia de empresas occidentales, privadas y estatales, especialmente de la Europa comunitaria, dispuestas a cubrir la vacante que seguramente va a dejar Estados Unidos.Estos medios advierten que la sustitución de los norteamericanos por técnicos soviéticos y de países del bloque socialista una de las cuestiones con las que más se ha especulado en los últimos días, le supondría un alto coste al régimen de Trípoli, dado que no se trata sólo de un reemplazo del material humano, sino también de tecnología. "Los soviéticos tienen una maquinaria distinta, y esto provocaría un proceso largo de adaptación, además de costoso, que Libia no soportaría", precisaron.
Reunión de Bruselas
"Las empresas europeas del petróleo y los intermediarios en la venta de tecnología norteamericana a terceros países tienen actualmente puestos los ojos en Libia", señalaron estos medios. Y añadieron que todo está pendiente de la reunión que va a celebrar la CEE en Bruselas (a petición de Italia, Grecia y España) para analizar la solicitud hecha por Reagan encaminada a que sus aliados secunden el boicoteo contra Trípoli.A juicio de estos medios diplomáticos, la eficacia de las medidas sancionadoras de Washington está ahora en manos de Europa, y ello explica el interés de Reagan en que los aliados se sumen a su iniciativa. "El panorama", indicaron, "no está aún despejado, y por las declaraciones de algunos países, que se han opuesto al boicoteo, parece que Estados Unidos va a salir perdiendo".
De momento, en Trípoli existe un ambiente excepcional entre los hombres de negocios extranjeros y algunas embajadas occidentales, que sintoniza, en gran medida, con una serie continuada de elogios, reveladora de lo que está ocurriendo, de los dirigentes de ese país hacia la Europa comunitaria.
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