El ministro libio de Exteriores califica de "declaración de guerra" el boicoteo económico
El secretario de Relaciones Exteriores libio (ministro), Abdesalam Triki, calificó ayer, en la ciudad marroquí de Fez, de "declaración de guerra" el anuncio de boicoteo económico efectuado en la madrugada del miércoles contra su país por parte del presidente norteamericano, Ronald Reagan. Triki aseguró que Trípoli "no tiene miedo" a Estados Unidos, reiteró que cualquier agresión militar contra Líbia sería respondida de igual forma y calificó la decisión de Washington como una amenaza contra los países islámicos.El boicoteo económico de Estados Unidos a Libia ha provocado una nueva cadena de solidaridad con el régimen de Muainmar el Gaddafi por parte de los 44 países, además de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), representados por sus ministros de Exteriores en la reunión de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) que se celebra en Fez, ciudad santa de Marruecos, situada a 198 kilómetros de Rabat.
Apoyo general a Libia
La delegación libia, encabezada por Triki, que asiste a las reuniones de Fez recibió ayer una nueva muestra general de apoyo, sin excepciones, al asumir la Conferencia Islámica como propias las declaraciones del jefe de la diplomacia libia, anunciando que cualquier agresión contra este país norteafricano lo sería asimismo contratodos los Estados musulmanes. Sin embargo, en esta solidaridad se menciona con timidez a Estados Unidos y en cambio se descarga toda la hostilidad hacia Israel.
En medio de fuertes enfrentamientos por los problemas internacionales, principalmente entre los representantes del grupo árabe, la Conferencia Islámica, organización que se atribuye la representatividad de 1.000 millones de musulmanes repartidos por África, Asia y Oriente Próximo, prosigue sus trabajos en Fez, que concluirán probablemente el viernes con un acto religioso al que en principio tiene previsto acudir el rey Hassan II.
Las sesiones, no obstante, concluirán con un comunicado conjunto en el que, a pesar de que los debates se celebran a puerta cerrada y sólo se filtra la información que le interesa a los organismos oficiales del país anfitrión, en su contenido primará el contencioso con Libia, aunque más bien orientado hacia Israel. El intercambio de insultos entre Washington y Trípoli ha sido el detonante que ha salvado esta Conferencia Islámica, condenada desde un principio al fracaso, dadas las fuertes divergencias existentes entre los 44 países convocados.
En medios próximos a la delegación libia existía ayer satisfacción por el resultado, hasta ahora negativo, de la repercusión del boicoteo económico norteamericano entre los países aliados de Washington. Un portavoz libio valoró positivamente la decisión de España de no secundar las medidas de Washington, aunque reiteró, preguntado en relación con el próximo establecimiento de relaciones entre España e Israel, que Trípoli "no va a pasar por alto" esta cuestión, y la calificó como "una traición del Gobierno socialista español al mundo árabe".
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