_
_
_
_
_

Argelia: el Congreso de la Constitución

(...) De manera esquemática se pueden resumir esos principios, recordados tantas veces por los dirigentes argelinos, en el siguiente objetivo: independencia económica, desarrollo armonioso mediante la valorización de los recursos naturales, progreso social y apertura cultural; es decir, garantizar al pueblo los elementos necesarios para una vida digna que sólo se concibe en libertad. Ahora bien, esta libertad no puede desplegarse hasta no haber liquidado determinados obstáculos: dependencia económica del exterior, retraso tecnológico, dejadez y falta de rigor en la producción...( ... ) Actualmente, el país sufre las consecuencias de la crisis económica internacional. Menos que otros, gracias a la solidez de su sistema, pero lo suficiente para que sus dirigentes estimen imperiosa la necesidad de sacar adelante su plan de desarrollo contando con la falta de beneficios resultante de la baja del precio de los hidrocarburos y del incremento de los tipos de interés de los préstamos contraídos. Desde hace años se viene cumpliendo progresivamente este objetivo. Ahora había que trazar el balance de lo realizado y establecer las proyecciones, habida cuenta de las nuevas realidades tanto en el interior como en el exterior.

Los grandes ejes de desarrollo se mantienen, e incluso se consolidan, y se aportan precisiones especialmente en lo que respecta al sector privado. Algunos se han lamentado de la traición al creer que el FIN iba a liquidar de saldo el sector público en beneficio de un sector privado que se pinta como un ogro al acecho. Otros, más sutiles, han comentado que no había que ofrecer el sector estatal a manos privadas en nombre del modernismo y de la eficacia, sino hacer saltar las cadenas que impedían la expansión del sector privado.

Los debates en tomo a esta cuestión han sido violentos, apasionados y concluyentes. En pocas palabras, no hay ni ogro que temer ni cadenas que hacer saltar, sino una línea clara a seguir. El sector privado existe, pero de una manera casi salvaje, en el sentido que el Estado, aunque garantiza su existencia, no se ha preocupado lo suficiente de la función que podía desempeñar en la vida económica y social del país por atender otras prioridades.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

5 de enero

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_