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Irak ofrece un periódico, una emisora de radio y otra de televisión para los intelectuales árabes

Ángeles Espinosa

El Gobierno de Irak va a facilitar un periódico, una emisora de radio y otra de televisión a los poetas e intelectuales del mundo árabe, según anunció el ministro de Información y Cultura de ese país, Latif Naseef al Jasim, en el acto de clausura del VI Marbed, festival de poesía árabe celebrado en Bagdad el mes pasado. El despliegue organizado para esta gran muestra poética ha puesto de manifiesto que Irak es todavía hoy, tras más de cinco años de guerra con su vecino del Este, Irán, un país con tiempo y ganas para la poesía.

Jasim prometió que a partir de ahora el Marbed se reuniría cada año. En su origen, este festival poético tenía un carácter bianual, pero, debido al conflicto irano-iraquí, hacía cinco años que no se había celebrado. Quizá por eso, la expectación levantada fue mayor. El VI Marbed -el primero desde que, en septiembre de 1980, se inició la guerra- ha constituido un gran acontecimiento en Irak. Participaron cerca de 1.000 personas en las sesiones de trabajo y recitales poéticos.Marbed significa, en árabe, reunión de poetas. El marbed era en Basora -ciudad del sureste de Irak, tristemente conocida por ser objetivo de los ataques iraníes- una suerte de mercado cercano al puerto, donde se vendían camellos y dátiles. Con el tiempo, el lugar se convirtió en un punto de intercambio de noticias, pero sobre todo de encuentro de poetas. De ahí su actual significado.

El ministro iraquí de Información y Cultura aseguró también, en la clausura del Marbed, que la gestión de los medios ofrecidos correría a cargo de los propios poetas e intelectuales árabes, que tendrían acceso a ellos sin censura ni ningún tipo de limitaciones. La aclaración no es baldía y adquiere tanta más importancia cuando se considera que la información en Irak no es libre en el sentido occidental del término. Aunque la libertad de expresión está reconocida, la guerra ha impuesto numerosas restricciones y sobre todo no existe libertad de medios.

No se podía esperar más cuando el pasado 26 de noviembre se procedió a la inauguración del festival en un acto multitudinario celebrado en el Palacio de Congresos de Bagdad, el mismo que fuera construido para albergar a la Conferencia de Países No Alineados en 1982 y que no llegó a utilizarse para tal fin. Entonces, la guerra obligó a desplazar la reunión a Nueva Delhi. Hoy, la situación es diferente: Bagdad es una ciudad tranquila y con vocación de nueva Florencia árabe.

Escaparate

El escenario elegido puede parecer excesivo para un congreso de poetas, pero la afición al verso en el mundo árabe desborda la imaginación de cualquier occidental. Los organizadores del festival lo sabían y no escatimaron medios. El Marbed se convirtió por unos días en el escaparate del Irak moderno. Además no hay otro país que haya cuidado tanto la poesía, hasta el punto de que ésta ha llegado a ser materia de debate en consejos de ministros. Por algo las otras naciones árabes consideran a Irak como el padre de la poesía."Irak no se puede imaginar sin poesía, como España no se imagina sin flamenco ni el Vaticano sin el Papa", aseguró en la sesión de apertura del Marbed uno de los poetas árabes actuales más leídos, el sirio Nizar Kabani.

El Marbed ha puesto en evidencia el éxito de las tendencias renovadoras. La ruptura con la métrica tradicional ha quedado consagrada. En cuanto a los temas, las referencias a la lucha del pueblo palestino o a los iraquíes que han muerto en la guerra contra Irán fueron constantes. No faltaron tampoco las alabanzas al presidente iraquí, Sadam Husein, y a la patria árabe, pero el contenido político de algunas composiciones no impidió que los aplausos más fuertes fueran para las obras de mayor calidad.

La muestra poética fue desigual. Junto a grandes consagrados, como el citado Kabani, el iraquí Abdel-Wahab al Bayati (que actualmente reside en Madrid) o el palestino Mahmud Darwish, intervinieron modestos poetas locales de calidad discutible, pero con entusiasmo sin igual. Kabani asegura: "No hay príncipe en la poesía, porque ella misma es el príncipe".

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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