16 muertos y 124 heridos en sendos ataques contra la compañía aérea El Al en Roma y Viena

Dieciséis personas murieron ayer en Roma y Viena y 124 resultaron heridas como consecuencia de dos atentados terroristas perfectamente sincronizados, desencadenados a las 9.15 contra las dependencias de la compañía aérea israelí El Al en los aeropuertos de ambas capitales. La acción del aeropuerto Leonardo da Vinci costó la vida a 13 personas -entre ellas, una niña de tres años y tres terroristas-, mientras que en el de Viena-Schwechat perecieron dos personas y un terrorista. Los agresores supervivientes y heridos, de aspecto árabe, se han negado a declarar y no han atribuido la acción a ningún grupo en concreto.

A las 9.15 de la mañana había más de 1.000 personas en el gran salón rectangular del aeropuerto romano. Repentinamente, irrumpió en la gran sala un comando de cuatro hombres disparando y sembrando el pánico y el horror. El grupo, armado con cuatro fusiles ametralladores Kalashnikov y 13 bombas de mano de fragmentación múltiple, empezó lanzando dos de éstas contra la fila de pasajeros que estaban comprobando sus billetes con los empleados de El Al.En el mismo instante respondieron con sus armas dos agentes de seguridad de los servicios israelíes, autorizados para proteger las oficinas de su compañía aérea de bandera. También abrieron fuego varios carabineros italianos de la seguridad del aeropuerto y policías de civil.

La gente se echó a tierra, mientras policías y terroristas mantenían un fuego cruzado. Tras unos segundos de pánico mudo, los supervivientes, en medio de un griterío creciente, comenzaron a constatar que, junto a ellos, yacían en tierra, muertas o heridas, más de 80 personas bañadas- en sangre, diseminadas entre maletas y toda clase de objetos.

La intervención de las fuerzas de policía y carabineros fue casi inmediata con el momento del atentado y resultaron muertos tres de los terroristas del comando y detenido el cuarto.

La policía tuvo después que intervenir para defender al terrorista superviviente de las iras de la multitud, que quería tomarse la justicia por su mano mientras era esposado.

Casi calcada de la anterior, se produjo, a la misma hora, otra acción terrorista en el aeropuerto vienés de Schwechat. En este caso el comando lo integraban tres hombres, que lanzaron varias granadas de mano contra el mostrador de embarque de El Al. Agentes de seguridad abrieron inmediatamente fuego contra los terroristas.

El tiroteo continuó en el exterior del vestíbulo. El comando se hizo, a punta de cuchillo, con el coche de un empleado aeroportuario y emprendió veloz carrera por la autopista, en dirección a la frontera checoslovaca, perseguido por varios vehículos policiales.

Finalmente, el comando hubo de detenerse ante una barrera erigida por la policía a unos tres kilómetros del aeropuerto. En el interior apareció muerto uno de los terroristas y heridos los otros dos. En el aeropuerto habían quedado otras dos víctimas: un austriaco y un israelí.

Israel juró anoche vengarse de los dos atentados, avisando que empleará cualquier medio para luchar contra los guerrilleros árabes. "Estas bestias no conocen fronteras y les golpearemos allá donde estén", declaró el viceprimer ministro, David Levy. "El Gobierno israelí defenderá a sus ciudadanos en casa y en el extranjero", señaló el primer ministro, Simón Peres. "Usaremos todos los medios para luchar contra el errorismo".