Cuatro años después

Los días 27 y 28 de octubre de 1981 se celebró en el Congreso de los Diputados el debate extraordinario para culminar la adhesión de España a la OTAN. A lo largo de éste, González resumió en nombre del PSOE los argumentos por los que su partido votaba en contra de la entrada en la OTAN: porque aumenta el riesgo de España al convertirlo en un país beligerante; porque lo convierte en objetivo estratégico de primer orden; porque no garantiza la integridad territorial, ni excluye la nuclearización; porque divide al país y permite injerencias de poderes extraños; porque la población rechaza la dialéctica armamentista; porque Ceuta, Melilla y Gibraltar quedan relegados en este proceso; y, finalmente, porque España perdería iniciativa en sus relaciones con los países latinoamericanos y árabes.En parecidos términos se había pronunciado González en noviembre de 1980. Con motivo de la presentación del libro de Fernando Morán Una política exterior para España, el líder socialista declaraba que, "si España entra en la OTAN por mayoría simple, saldrá por igual mayoría cuando sea realidad la nueva mayoría citada".

En lo que se refiere a las relaciones defensivas con EE UU, un mes antes de las elecciones que dieron el poder a los socialistas, en su programa electoral éstos sostenían que "la relación militar con EE UU debería mantenerse en condiciones medidas, igualitarias, de equilibrio y fijadas en el tiempo, tal como exigen los presupuestos de la nueva situación democrática de nuestro país".

El hecho de que el convenio negociado por el Gobierno de UCI) se inscribía en el contexto de la adhesión a la OTAN, que el PSOE desaprobaba, llevó a los socialistas a manifestar que, en caso de obtener la mayoría parlamentaria, solicitarían a la Administración norteamericana la revisión parcial del convenio.