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ETA VUELVE A ACTUAR

El fallecido estuvo arrestado por insultar a Gutiérrez Mellado

Juan Atarés Peña, de 67 años, el general de brigada de la Guardia Civil asesinado ayer en Pamplona, se convirtió en un personaje muy conocido a raíz del grave incidente que protagonizó en noviembre de 1978 con el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, entonces ministro de Defensa, a quien se dirigió, según éste, "con insultos y palabras indignas de la conducta que debe observar un militar". Atarés fue procesado por este motivo y resultó absuelto, aunque la autoridad militar, por orden del propio ministro de Defensa, le sancionó con seis meses de arresto por su actuación en el citado incidente.

Los hechos ocurrieron en el Cuartel de Instrucción de Marinería de Cartagena (Murcia) donde Gutiérrez Mellado se encontraba reunido con cerca de 1.000 militares -entre ellos el entonces capitán general de Valencia, Jaime Milans del Boschpara hablarles sobre los cambios políticos que se registraban en España. En un momento de la reunión, el capitán de corbeta Gonzalo Casado de la Puerta inició la lectura de una cuartilla que contenía fuertes críticas a la Constitución, aprobada dos semanas más tarde.Arenga o pregunta

Terminada la lectura, Gutiérrez Mellado comentó que aquello era una arenga y no una pregunta, y añadió: "La Constitución será lo que la nación quiera". Atarés, que estaba al frente la tercera zona de la Guardia Civil, se puso entonces de pie y, según su propio relato posterior, gritó: "Mi general, eso es mentira; el pueblo español no quiere eso", momento en que se produjeron gritos y aplausos entre el público. Gutiérrez Mellado le ordenó salir de la sala, y a partir de ese momento las versiones de lo ocurrido son diferentes. Según Gutiérrez Mellado, cuando Atarés se retiraba se volvió haciendo comentarios -según algunos testigos llamó al ministro "traidor", "espía" y "masón"-, momento en el que el propio Gutiérrez Mellado le ordenó cuadrarse y le comunicó que estaba arrestado.

En la versión de Atarés, cuando él se retiraba de la sala escuchó decir a Gutiérrez Mellado: "Será mejor que lo vea un psiquiatra". A lo que el general de la Guardia Civil, según su propio relato, respondió: "Pobre España; yo no quiero ser un traidor". Gutiérrez Mellado le ordenó que se cuadrase, pero, según Atarés, Gutiérrez Mellado comentó: "Lleva las estrellas en su bocamanga sin dignidad".

Atarés abandonó el lugar con dos generales. Meses más tarde, en el consejo de guerra correspondiente -donde fue defendido por Salvador Escandell, quien después también defendió a Milans del Bosch por el frustrado golpe del 23-F-, Atarés resultó absuelto de la acusación de insultos a Gutiérrez Mellado, sentencia que fue ratificada por el propio Milans como capitán general y máxima autoridad judicial de la región. No obstante, Atarés sufrió un arresto disciplinario de seis meses.

Tras el incidente, Atarés no volvió a tener ningún destino activo hasta que en 1980 abandonó la situación activa en la Guardia Civil y se fue a vivir a Pamplona.

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En los últimos años, en algún momento llegó a mostrar públicamente su admiración por los implicados en el 23-F, y sobre todo su constante preocupación por los atentados registrados contra guardias civiles. "Mientras tengamos gobiernos débiles y desleales, iremos de entierro en entierro", llegó a escribir en agosto de 1983 en El Alcázar.

Carrera en la Guardia Civil

Esta preocupación ya había sido comentada públicamente por Atarés en diversas ocasiones con anterioridad al incidente que protagonizó con Gutiérrez Mellado. Atarés había mandado de 1974 a 1978 la zona de la Guardia Civil de Logroño, que incluye la comunidad autónoma vasca y Navarra. Más de 11 años estuvo Atarés en destinos relacionados con el País Vasco y Navarra a lo largo de su carrera, realizada en el seno de la Guardia Civil, ya que, en contra de lo que ocurre con numerosos altos cargos de ese cuerpo, no procedía del Ejército de Tierra.

Atarés, nacido en Huesca en 1918, se incorporó a los 18 años, como alférez provisional, al bando franquista en la guerra civil, durante la cual resultó herido. En 1945 ingresó como teniente en la Guardia Civil. Santander, Jaca (Huesca), Madrid, León, Barcelona y Pamplona -donde permaneció como coronel durante siete años- fueron, junto a Valencia y León, las ciudades en las que estuvo destinado durante su carrera.

Estaba casado y tenía cuatro hijos.

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