Evtuchenko arremete contra la censura y la falsificación de la historia

El polémico escritor soviético Evgeni Evtuchenko arremetió contra la censura, la burocracia, los privilegios y la falsificación de la historia en un crítico discurso pronunciado en el marco del Congreso de Escritores Rusos la semana pasada y publicado posteriormente por el semanario Literaturnaia Gazeta de forma parcial. Ayer se filtró a la Prensa occidental su versión íntegra.

Evtuchenko, considerado el niño terrible de los años cincuenta, publicó este otoño un poema en Pravda contra la censura y en apoyo de la línea de Mijail Gorbachov. El poema estaba relacionado con otra obra que apareció en la revista Novi Mir, donde se criticaba el estalinismo y las dictaduras, entre otras cosas. El discurso pronunciado en el congreso, donde también se critica el estalinismo, aunque sin mencionar el nombre de Stalin, supone el tercer elemento en la serie de intervenciones polémicas del escritor en los últimos tiempos.Lenin había animado al poeta Maiakovski a luchar contra la burocracia, dijo Evtuchenko, de 52 años, quien elogió a Pasternak y condenó como "moralmente intolerable" la existencia, 40 años después de la guerra, de cupones de racionamiento en muchas ciudades. Igualmente criticó la distribución de productos escasos entre grupos privilegiados y, refiriéndose a sí mismo y al resto de los escritores reunidos en el congreso, criticó la posesión de cupones para comprar souvenirs que, según dijo, llevaban en el bolsillo los delegados, incluido él mismo.

La omisión de los nombres de importantes dirigentes bolcheviques de los libros de texto y la desaparición de las fechas de su muerte fue también criticada por Evtuchenko, que se refería así al silencio todavía existente en la sociedad soviética sobre las purgas de Stalin, cuando de hablar públicamente del tema se trata. Evtushenko manifestó que no se debe olvidar la pérdida de los mejores jefes del Ejército rojo y los mejores dirigentes industriales, así como la persecución de una buena parte de los campesinos y la pérdida de su experiencia.

Evtuchenko se refirió a la falta de papel para los libros que lee la población, y calificó esta necesidad como la más imperativa. En una alusión aparente al nuevo lenguaje oficial, Evtuchenko dijo que las "llamadas retóricas a la claridad" no significan "la claridad misma".

El poeta se manifestó esperanzado hacia el futuro y elogió la película Comprobación en las carreteras, del director Aleksei German, una cinta largo tiempo retenida y recién estrenada.

Otras intervenciones críticas, como la de Valentín Rasputín, el escritor siberiano, se concentraron en la contaminación de la naturaleza y sus causas. Rasputín dijo al ministro de Cultura, Piotr Demichev, y al responsable de ese sector en el comité central, Shauro, que era mentira que el lago Baikal (el más profundo del mundo) estuviera limpio. Rasputín se pronunció por la lucha contra las empresas contaminadoras y contó con un aliado en la persona de Sergei Zaligin, quien intervino contra el cambio de sentido de los ríos siberianos y la redistribución de las aguas de las zonas húmedas a las secas del país.

Tendencia ecologista

Iuri Bondarev se refirió a la amenaza que se cierne sobre la mansión de Lev Tolstoi, en Iasnaia Poliana, donde los efectos contaminantes de una fábrica de nitrógeno dañan y matan los árboles de la región, y contra del trasvase de agua de los ríos siberianos.La tendencia ecologista evidenciada por Rasputín o Bondarev lleva a duras críticas de la industrialización soviética, y del modo como ha sido efectuada. Rasputín criticó la literatura de guerra al decir que ésta no había expresado toda la verdad.

Otros escritores se pronunciaron contra lo absurdo de la planificación de la creatividad literaria y contra la mediocridad existente en la Asociación de Escritores, una gigantesca asociación de carácter estatal cuya rama rusa, la más numerosa, tiene 4.500 miembros. Ser socio es un seguro de vida y facilita la publicación de las obras, al margen de su calidad. El congreso de la asociación se celebró bajo unas directrices conservadoras que insistían en la publicación de más libros sobre el Ejército soviético actual y sobre el pasado heroico y la función pedagógica e ideológica de la literatura.