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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La imagen real y la real imagen

El sábado 23 de noviembre, la misma televisión que acababa de obsequiarnos con dos buenos programas sobre la transición política española, nos ofreció un Informe semanal en el que el Rey de los españoles se enfrentaba a un cuestionario previsto y cerrado.El Informe semanal sobre el Rey de España nos planteó diversas y profundas dudas: ¿Se conocen en la Zarzuela las modernas ciencias de la imagen? ¿Alguien, cerca del Monarca, cuida de eso que llamamos su imagen? ¿Quién es el responsable de que la real imagen no sea, de paso, una imagen real? ¿Quién distingue entre las apariciones públicas del Rey-instituto y del Rey-persona?

Sé positivamente que a dor Juan Carlos, para hablar de sí mismo, de sus hijos y de sus experiencias en estos 10 años, le bastaba con un entrevistador despierto y una cámara. En aquel Informe semanal -uno de los buenos programas de TVE- sobraba el facistol. Sobraba facistol y quizá faltaba alguien, entre bastidores, que supiera decirle al Rey que el espectro social español es tan amplio como la aceptación que este pueblo tiene de su real persona, y que este pueblo espera lo real tanto como lo irreal, y quizá lo irreal no sea sino la -más próxima y atractiva- realidad real, enfrentándose llanamente con la cámara amparado en el lenguaje que suele utilizar y en el que jamás incluye palabras del corte de antaño y otrora, que están, como diría Torrente Ballester, fuera de registro.

Hoy se sabe que existen unas técnicas para que la imagen de una persona, de un grupo o de una entidad se acomode a aquello que el público espera de ellos. Los políticos, los artistas, los empresarios y los banqueros tienen su cuenta de imagen contratada en alguna empresa especializada que no suelen confundir con la agencia de publicidad que difunde sus productos.

Dejen los allegados timoratos que el difícil binomio imagen-realidad se componga a favor del Rey, no obligándole a leer hasta cuando habla de sus hijos. La imagen del Rey ya existe, y es buena.

Hemos tenido 10 años para aprender a respetar al Rey y, además, a la persona. Pero no es malo proteger su imagen, que es, a fin de cuentas, lo que de él -persona o corona- percibimos.- Ignacio Capell.

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