_
_
_
_

Dora María Téllez

La ministra de Salud de Nicaragua es un producto típico de la revolución sandinista

Antonio Caño

Dora María Téllez Argüello, ministra de Salud de Nicaragua, es un producto típico de la revolución sandinista, en la que le han salido los dientes y a la que ha dedicado su vida. Es difícil encontrar un político que hable con tanta contundencia, credibilidad y convicción en su causa como lo hace Dora María. Su presencia entre las personas que desayunan a esa hora en un hotel de lujo de Madrid es un agradable soplo de naturalidad.

Conversar con Dora María Téllez es una buena receta para desengañados de revoluciones fracasadas. Inicialmente se puede atribuir al dogmatismo la firme defensa de los valores sandinistas que Dora María hace en sus palabras, pero parece obedecer más bien a la fe ciega de una mujer joven -30 años- que ha participado personalmente en los momentos más importantes de su país y ha triunfado.Con 20 años abandonó los estudios de Medicina y se fue con la guerrilla. Con 22 años participó como secretaria política en la acción más audaz del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) antes de la revolución: la toma del Palacio Nacional. Fue protagonista de la ofensiva final contra la dictadura de Somoza como jefa del Estado Mayor del Frente Rigoberto López Pérez.

Después de la revolución fue, sucesivamente, jefa militar de León, jefa de la II Región Militar secretaria política del FSLN en la III Región Militar, vicepresidenta del Consejo de Estado, diputada de la Asamblea Nacional y ministra de Salud.

"Yo no tengo preferencia por ningún puesto específico. Me siento realizada en cualquier lugar en el que pueda aportar algo. Hoy me toca ser ministra de Salud ... ; bueno, puede que mañana me toque ser combatiente otra vez. Pasado mañana puede que me toque ir a Agricultura, o a Educación, o a una misión diplomática. El puesto no tiene más importancia que lo que uno pueda aportar. La revolución realiza mucho porque uno puede trabajar con el ser humano".

Le parece perfectamente justificable que un militar ocupe el Ministerio de Salud; "porque si nosotros no hubiésemos derrotado a la dictadura por la vía armada, la dictadura seguiría todavía, y yo no sería ministra de Salud, estaría presa o muerta", dice.

Dora María es la mujer que ocupa el cargo más alto del escalafón de poder sandinista, pero cree que en su revolución "no tiene importancia quién está más arriba en la escalera". Valora mucho más la mejora experimentada por las mujeres desde julio de 1979. "La revolución se ha comportado bastante bien con nosotras. Ha habido un avance en el reconocimiento de los derechos de la mujer, en relación a los hijos, por ejemplo". Ella se considera todavía "muy joven para tener hijos" y nunca ha estado casada.

Dora María no es, evidentemente, mujer para sutilezas y matices. Defiende con firmeza, sin miedo a parecer autoritaria, sus planteamientos políticos. "Si eligen al Frente Sandinista 17 veces, 17 veces que vamos a estar en el poder. Ni una sola vez de esas vamos a decir: no, nosotros ya no, dejémosles el puesto a otros", afirma al mencionar el derecho de su partido a seguir en el Gobierno si gana las elecciones.

Estuvo en España para participar en la reunión Contadora de la salud, organizada para revisar la situación sanitaria en Centroamérica. "Ahorita uno de los problemas más graves de salud en Nicaragua es la guerra. No hay ni un niño muerto por poliomielitis, pero hay centenares de niños muertos por la guerra".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_