El 'coraje' teatral de Lluís Pasqual
El director de escena prepara un Brecht en el María Guerrero y su regreso al Lliure de Barcelona
Con Alé, el último espectáculo de Els Comediants, se ha iniciado en el teatro María Guerrero la temporada 1985-1986 del Centro Dramático Nacional, que dirige Lluís Pasqual. El director renovó el pasado mes de junio, por dos temporadas más (la presente y la 1986-1987), su contrato con el Ministerio de Cultura, que le coloca al frente del CDN. Según declaraciones de Lluís Pasqual a este periódico, es muy probable que no realice ningún nuevo montaje en la próxima temporada del CDN y sí, en cambio, lo realice en Barcelona, ciudad a la que piensa regresar definitivamente una vez concluido su contrato con el CDN, y dedicar todos sus esfuerzos a levantar un nuevo local para el Teatre Lliure en Barcelona, Teatre Lliure del que fue cofundador hace ahora precisamente 10 años. Pasqual ha iniciado en el María Guerrero los ensayos de Madre coraje.
Pregunta. Cuando habla usted de un nuevo local para el Lliure, ¿se refiere a la remodelación y adecuación de un viejo local ya existente, tal y como se había anunciado por algún miembro de la cooperativa del Lliure?Respuesta. No. Me refiero a un local enteramente nuevo, que hay que construir desde la primera piedra. No me pregunte cómo ni con qué dinero, porque no podría responderle, pues no lo sé. Pero ya lo encontraremos. Podemos llegar a un acuerdo con las instituciones públicas, podemos tratar del tema con los bancos, no sé... Podemos incluso recurrir a fórmulas de mecenazgo poco usuales todavía en España. Pero, insisto, lo lograremos.
El Lliure
P. En el pacto cultural, propiciado por el conseller Rigol y suscrito recientemente por diversas instituciones públicas catalanas, se habla del Teatre Lliure. ¿Sabe usted en qué términos?
R. Lo ignoro. Supongo que se debe tratar del convenio que tenemos firmado con la Generalltat, el Ayuntamiento y la Diputación, y que nos garantiza una subvención anual. Puede que nos la hayan aumentado.
P. Esta temporada, en la que se cumple el décimo aniversario del Lliure, no figura en la programación ningún nuevo montaje de Lluís Pasqual. ¿Por qué?
R. Pues porque, como usted puede ver, estamos en obras; hemos terminado una parte de ellas, luego iniciaremos otras; mucho trabajo. El María Guerrero empieza a parecer un teatro público, con todos sus servicios, como yo me propuse, un mínimamente decente Centro Dramático Nacional. Y luego están mis próximos montajes teatrales, aquí y en Italia, y está la ópera... Pero tenga por seguro que en 1987 voy a realizar, ya libre de mi compromiso con el CDN, un montaje en Barcelona. No sé todavía qué será ni dónde, puede ser en el Lliure, en el Mercat de les Flors..., pero voy a hacerlo, y voy a quedarme en Barcelona, como ya le he dicho.
P. Hablemos, si le parece, de sus próximos montajes teatrales...
R. He empezado a trabajar en Madre coraje, de Bertolt Brecht, que pienso estrenar en enero en el María Guerrero. Voy a utilizar la versión de Antonio Buero (la misma que estrenó Tamayo en el Bellas Artes en 1966), pero sin las canciones. Habrá música, pero prescindo de las canciones con la música de Paul Dessau. Buero piensa que las canciones son muy importantes, pero nadie las conoce o las recuerda. Además, Dessau no es Kurt Weill. Madre coraje es uno de esos textos que siempre piensas que montarás algún día, pero yo quería una Madre coraje joven, y me parece que ya la tengo, vamos, estoy convencido de haberla encontrado. Es Rosa María Sardá. El montaje forma parte de un discorso continuo, es decir, que va a ser, en cierto modo, una prolongación de mi trabajo en el Eduardo II, de Marlowe, y en Luces de bohemia. Voy a trabajar con actores, muchos de ellos excelentes característicos, como Manolo Aleixandre, que ya participaron en estos dos anteriores montajes. También puedo anticiparle el nombre de Carlos Lemos y el de la actriz que hará el personaje de la hija muda: Vicky Peña. La escenografía, como ya es habitual en mis montajes, la hará Fabià Puigserver.
P. Veo en la programación del CDN que anuncia usted otro montaje suyo, El público, de Lorca, en coproducción con el Píccolo Teatro di Milano...
R. Sí. Este montaje servirá para inaugurar, en junio de 1986, una de las dos nuevas salas del Píccolo, el denominado Teatro Studio, con unas 500 localidades, algo más pequeño que el María Guerrero. Será el estreno mundial de la versión original del texto de Lorca (en Lodz se ha dado ya una versión polaca de El público), pero antes, también en junio, poco antes de presentarnos en Milán, daremos una representación, una única representación, del espectáculo en Granada. En cuanto a esa nueva sala del Píccolo que inauguramos va a ser la sala destinada a la nueva escuela del teatro de Strehler, y, fíjese si tiene fama esa escuela, que va a dirigir el propio Strehler, que para cubrir las 20 plazas de alumnos disponibles se han recibido ya 4.000 solicitudes y se espera que lleguen a las 15.000. El primer año, el primer curso, va a dedicarse exclusivamente a seleccionar a los 20 alumnos previstos.
Scaramouche
P. Y la ópera...
R. Pues está la Vera historia, la ópera de Berio, que presenté en París y que en 1986 ha de viajar, en mayo, a Florencia, y en noviembre del mismo año, a Chicago, ya que se trata de una coproducción entre la ópera de París, el Maggio Musicale florentino y la ópera de Chicago. Hay otro proyecto, ya firmado, para 1987: el tríptico de Puccini, una coproducción entre la Zarzuela y el Liceo.
P. A propósito de la Vera historia, ¿sabe usted lo que dijo el corresponsal de Televisión Española en París a raíz de su estreno?
R. Sí, me lo han contado. Al parecer, me llamó, por dos veces, Lluís Pascal, y por tres veces, Berro a Berio. Lo de llamarme Pascal puede perdonársele, porque los franceses también me llaman y escriben a veces así mi apellido -el crítico de Le Monde, sin ir más lejos-, pero lo de llamarme Berro a Berio, eso ya me parece un poquitín más fuerte...
P. Y para la próxima temporada del CDN, ¿hay algo importante que esté ya ligado?
R. Mire, lo más probable es que inauguremos con El público, y luego, eso sí, hay un espectáculo que probablemente le gustará. Se trata de una coproducción entre varios teatros europeos, el nuestro, el Théâtre de d´lEurope (París) y un teatro de Italia, que todavía desconozco. El espectáculo será interpretado por actores franceses, italianos y españoles, dirigidos todos ellos por Giorgio Strehler. ¿El título? ¡Scaramouche!
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