Claridad sobre la OTAN
FELIPE GONZÁLEZ compareció anoche ante las cámaras de la televisión pública para comprometerse formalmente a hacer el referéndum sobre la permanencia de España en la Alianza Atlántica a mediados del mes de marzo. Aprovechó la oportunidad, igualmente, para asegurar que esa permanencia equivaldrá a mantener a nuestro país en la actual situación -sugiriendo que no incluye la integración militar- y que mantendrá la desnuclearización de la Península. Es preciso felicitar al presidente del Gobierno por la claridad de sus respuestas en un momento de creciente confusión, generada por él mismo con su decisión de aplazar el debate sobre política exterior en las Cortes, al que también se había comprometido formalmente. Igualmente son elogiables los aspectos formales de la entrevista, por parte de los periodistas y del entrevistado. Pero conviene hacer tres breves matizaciones a cada uno de esos tres puntos nucleadores del diálogo.En primer lugar hay que señalar que el compromiso de hacer el referéndum en marzo agota físicamente las posibilidades de cumplir con esa promesa en esta legislatura: el Gobierno ha apurado todos los plazos posibles, y aun los imposibles, en una estrategia claramente dedicada a ganar tiempo y a aclarar sus dudas, originadas en el hecho de que en un principio se pretendía hacer un referéndum para sacar a España de la Alianza, y ahora se trata de todo lo contrario. Dichos plazos podrían ser truncados eventualmente por una crisis política en alguna de las comunidades autónomas que los socialistas no controlan (Cantabria o Baleares concretamente) y que pudiera justificar unas elecciones generales anticipadas.
En segundo lugar, el Gobierno, por boca de su presidente, insiste en mantener la ficción de que España no está integrada militarmente en la Alianza, cuando lo que hizo el Gobierno socialista fue detener las negociaciones sobre las modalidades de esa integración. España es miembro de pleno derecho del Comité Militar de la OTAN -único organismo considerado parte efectiva de la estructura militar de la Alianza- y, como sugirió en su día el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, la no integración militar en la OTAN requiere coherentemente el abandono de ese comité. Este tema para nada fue tratado en la entrevista.
Por último, el presidente se comprometió formalmente a mantener la desnuclearización de la Península. Conviene señalar que esta desnuclearización será en gran parte irrelevante mientras exista una base de la Alianza, bajo soberanía británica, en Gibraltar, y que muy probablemente alberga, de manera permanente u ocasional, armas nucleares.
Sirva este comentario de urgencia para apuntar nada más estas tres cuestiones, que sin duda merecerán un debate amplio y una explicación correcta en la sesión de las Cortes del próximo mes de enero y en las campañas a favor y en contra de la permanencia en la Alianza que han de sucederse antes de la celebración del referéndum.
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