Hassan II debate con François Mitterrand los conflictos del Sáhara y Chad
El rey Hassan II de Marruecos llegó ayer a París, donde se entrevistó por la tarde con el presidente de la República Francesa, François Mitterrand. Los conflictos del Sáhara y Chad y las consecuencias para el Magreb del ingreso de España y Portugal en la Comunidad Económica Europea fueron los temas centrales de esta entrevista.
En relación con el conflicto del Sáhara, Marruecos pretende adquirir 24 modernos aviones Mirage 2000, y ese deseo coloca a Francia en la difícil alternativa de aceptar la venta, con el consiguiente riesgo de comprometer sus relaciones con Argelia, o rechazarla y permitir que las fuerzas armadas marroquíes se orienten aún más hacia la industria norteamericana.A juicio de los observadores, Chad será probablemente un punto de divergencia, ya que Hassan II se muestra favorable a la integración del territorio en la Unión Arabe-africana concertada entre Marruecos y Libia.
Francia resiste desde hace años las pretensiones del líder libio, Muammar el Gaddafi, de colocar Chad bajo su tutela.
Otro tema que Hassan II tratará durante su estancia en París es el conflicto de Oriente Próximo.
El rey de Marruecos rechazó el martes la oferta de entrevista que le hizo el primer ministro israelí, Simón Peres, en respuesta a otra oferta similar y previa lanzada por el propio soberano marroquí.
Contraofensiva diplomática
El rey marroquí inicia con su llegada a la capital francesa una contraofensiva diplomática en varios frentes basada en las tradicionales relaciones entre París y Rabat.
La inquietud marroquí ante la ampliación de la Comunidad Económica Europea (CEE) parece una de las cuestiones incluidas en las previsiones de Hassan, que aprovechará una plataforma como París para hacerse oír en el ámbito europeo.
Mitterrand, mientras tanto, ha tomado distancias respecto a sus antecesores en el palacio del Elíseo, mucho más incondicionales que él en cuanto a preservar a toda costa su influencia y relaciones privilegiadas con el reino marroquí, lo que obligará también a ambos estadistas a abordar con prioridad él conjunto del temario bilateral.
La cuestión del Sáhara Occidental, por ejemplo, junto a una defensa genérica de los derechos humanos en Marruecos mantenida por el presidente francés desde su acceso al poder, ha introducido elementos inéditos en las relaciones franco-marroquíes.
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