Un error en la votación provocó la supresión por unos minutos de los impuestos para 1986
Un viejo deseo de los contribuyentes españoles, no pagar impuestos, se cumplía momentáneamente a las 18.30 de ayer. A raíz de un defecto en la forma de votar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, el Pleno del Congreso no aprobaba el título cuarto de dicho proyecto de ley, al tiempo que se rechazaban por amplia mayoría las disposiciones adicionales vinculadas a dicho título.
Durante media hora, el proyecto de ley de Presupuestos presentado por el Gobierno eliminaba toda referencia a impuestos, lo que, de seguir así, habría impedido cualquier recaudación fiscal en 1986.El ministro de Economía, Carlos Solchaga, el primero en darse cuenta de que su grupo parlamentario había votado en contra del proyecto del Gobierno, declaró en los pasillos, en un tono de broma, que de esta manera el "presupuesto del año próximo sería muy fácil; todo déficit público, al no poder contar el Estado con ningún tipo de ingresos".
El portavoz del Grupo parlamentario Socialista, Eduardo Martín Toval, intervino media hora después para pedir disculpas en nombre de su grupo y solicitar una nueva votación. Manuel Fraga, presidente de Alianza Popular, contestó que no le extrañaba nada la equivocación socialista porque este grupo no hacía más que rechazar enmiendas y el último voto negativo había sido uno más de los que realizaban habitualmente. El portavoz del grupo centrista, José Miguel Bravo de Laguna, además de hacer suyas las afirmaciones de Fraga, señaló que la realización de un pleno extraordinario costaría cerca de 60 millones de pesetas y que ello debía evitarse. Fraga dijo también que esta equivocación debería servir de precedente para ocasiones futuras. Finalmente, se procedió a votar de nuevo las disposiciones adicionales, siendo esta vez aprobadas por amplia mayoría, y el articulado del título cuarto se dio por votado a petición del vicepresidente del Congreso, Leopoldo Torres.
El pleno del Congreso empezó la discusión del proyecto de ley de Presupuestos Generales para 1986 con la intervención del diputado del Grupo Popular José Ramón Lasuen, quien criticó la subordinación de la política fiscal a los logros o fracasos de la política económica general.
El diputado popular volvió a reafirmar la necesidad de reducir el gasto público mediante menores subvenciones a las empresas públicas, reprivatizando todas aquéllas que sea posible y reformando la Seguridad Social.
La intervención de Lasuen concluyó señalando que la única vía para la reactivación de la economía pasaba por una mayor flexibilidad del mercado de trabajo o, en su defecto, por una nueva política fiscal que produjera los mismos efectos. Esta nueva política fiscal debería tender a sustituir el actual impuesto sobre la renta por un impuesto sobre el gasto personal, exigiría la desaparición del impuesto sobre el patrimonio o, al menos, debería gravar de forma diferenciada las rentas obtenidas por el trabajo y las conseguidas por el capital.
Francisco Fernández Marugán, portavoz socialista, que se equivocó al indicar a su grupo que votara en contra de las disposiciones adicionales del título cuarto, contestó a Lasuen señalando que la alternativa fiscal propuesta por Alianza no era respaldada por ningún Gobierno conservador en Europa o América y que era disparatada.
El portavoz de la Minoría Catalana solicitó en su intervención el aplazamiento en seis meses de la entrada en vigor del IVA por la complejidad de su reglamentación y lo tarde que ha sido conocida, lo que fue rechazado por el Grupo Socialista. Sí se aceptó, en cambio, una propuesta del Grupo Popular en el sentido de que se reconocieran las consultas vinculantes al Ministerio de Economía y Hacienda sobre el IVA durante los seis primeros meses. La enmienda fue aprobada con la modificación del Grupo Socialista de que dicha consulta la realizaran instituciones (sindicatos, patronales, agrupaciones profesionales) y no personas individuales.
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