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El nuevo proyecto de la CEE no garantiza a España el equilibrio presupuestario

Andrés Ortega

El nuevo proyecto de presupuesto fijado ayer por el Consejo de Ministros de la CEE "no garantiza que España no sea contribuyente neto a las arcas comunitarias en 1986", señaló el comisario Henning Christophersen, que, no obstante, se declaró satisfecho. Según Efthimios Christodoulou, ponente de la Comisión de Presupuestos del Parlamento Europeo, falta la mitad de los fondos para lograr el equilibrio presupuestario. Para el eurodiputado alemán occidental Thomas von der Vring, el déficit de España y Portugal sería del orden de 350 a 400 millones de ECU (unidad de cuenta europea), entre 47.000 y 54.000 millones de pesetas.

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El Consejo de Ministros, que fue informado ayer por el titular de Economía, Carlos Solchaga, de la discusión mantenida en Bruselas expresó su satisfacción ante el acuerdo alcanzado por los ministros comunitarios, aún pendiente de la aprobación del Parlamento Europeo. El Gobierno español considera que el nuevo acuerdo refleja un saldo global favorable para España y Portugal. Además, existe el compromiso, según la nota oficial, de dotar una reserva de 250 millones de ECU (algo más de 34.000 millones de pesetas) para "gastos obligatorios en el caso de que las circunstancias lo requieran". La nota asegura que la decisión del Consejo de Presupuestos de la CEE permite "satisfacer la petición de España y Portugal, planteada durante las negociaciones de adhesión, de mantener la neutralidad financiera desde el ejercicio de 1986".La aparente contradicción entre la valoración del Gobierno y las consideraciones de los responsables comunitarios se debe a las seguridades obtenidas por España de que los desequilibrios entre su aportación financiera y los fondos que reciba pueden compensarse con las ayudas estructurales solicitadas por el Gobierno español. Estas ayudas son, esencialmente, las que concederán el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), el Fondo Social Europeo (FSE) y el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agraria-sección garantía.

El secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, señaló a Efe que España y Portugal obtendrán un saldo positivo frente a las arcas de la CEE de 20 millones de ECU (2.700 millones de pesetas) en 1986. En un documento distribuido por la Comisión Europea, se indicaba que "el representante de España ha deplorado que el Consejo no haya retenido todas las cifras relativas a la ampliación del anteproyecto de presupuesto, especialmente en lo que se refiere al FEOGA (Fondo de Garantía Agrícola), y ha indicado la posibilidad de que su país plantee la cuestión en otros foros (significando el Consejo Europeo)". Tras la difusión de este documento se indicó que esta declaración correspondía a antes del acuerdo sobre el nuevo proyecto de presupuesto, aunque este punto no ha quedado muy claro.

Contradicciones

La satisfacción pública de Borrell no se entiende, dado que la víspera había señalado que el déficit español sería de 118 millones de ECU (16.000 millones de pesetas), según el anteproyecto de la Comisión, y de 150 millones de ECUs (20.000 millones de pesetas) según el proyecto del Parlamento Europeo.

El nuevo proyecto del Consejo -aprobado con el voto en contra del Reino Unido e Irlanda-supone un total de gastos de la CEE para 1986 de 32.600 millones de ECU (4,4 billones de pesetas), es decir unos 900 millones de ECU más que lo aprobado en septiembre, aunque 1.400 millones menos que lo propuesto por el Parlamento Europeo.

El nuevo proyecto ha reimplantado un total de 416 millones de ECU para España y Portugal; es decir 32 millones de ECU (4.300 millones de pesetas) menos que lo propuesto por la Comisión Europea, y no ha respetado lo que pedía España en concepto de Fondo Estructural Agricola. La reserva de 250 millones de ECU (33.000 millones de pesetas) para gastos imprevistos, en términos de garantía de precios agrícolas y destinados en parte a España y Portugal, desaparece, aunque el Consejo indica que la Comisión podrá pedir su reinstauración en el curso de 1986.

La situación se agrava si se piensa que no se puede diferenciar en la práctica los fondos estructurales destinados a España y Portugal y los destinados a los diez.

Christophersen declaró asimismo que la situación española dependerá en buena parte de su capacidad para presentar proyectos a ser financiados por los fondos estructurales. Estos proyectos costarán además dinero -con el consiguiente problema de gasto público- al Estado español, ya que la CEE solo los financia en un 50%.

Dentro de este oscuro panorama, sin embargo, parece adquirido el principio de la neutralidad financiera de los países adherentes. Aunque como indico Christophersen, "no en 1986, sino en el conjunto de los siete años de período transitorio en esta materia". A ello hay que sumar unos 4.000 millones de pesetas suplementarias que tendrá que pagar España en base al nuevo cálculo de la devolución al Reino Unido.

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