La CEE compensa a los países del Magreb por el ingreso de España y _Portugal
La Comunidad Económica Europea (CEE), con el consentimiento de España y Portugal, definió ayer las concesiones comerciales que hará a los países terceros de la cuenca del Mediterráneo para hacer frente al impacto de la adhesión ibérica, y que en parte equiparan su postura a la que tendrá España en la CEE. Dicho acuerdo, logrado tras tres años de debate, despeja la vía para que Francia ratifíque la ampliación de la Comunidad. El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, se declaró "moderadamente satisfecho".
Para que los países mediterráneos con los que la CEE mantiene acuerdos preferenciales (Argelia, Chipre, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Siria, Túnez, Turquía y Yugoslavia) puedan mantener su nivel tradicional de exportaciones de productos agrícolas hacia la CEE se les aplicará una reducción progresiva de los aranceles, para unos contingentes o cantidades de referencia calculados sobre la base de las exportaciones de los últimos cinco años. Esta reducción arancelaria acompañará a la de los productos españoles, con la diferencia de que éstos no tienen restricciones cuantitativas.Como en general hasta 1990 los aranceles de los productos españoles serán superiores a los de los mediterráneos, durante los primeros cuatro años estas medidas tendrán un impacto casi nulo, con algunas excepciones importantes, como las flores cortadas de Israel: un contingente de 17.000 toneladas anuales con aranceles degresivos en cinco años.
Para los productos sensibles no es el arancel el que impide la entrada de un producto en la CEE, sino el precio de entrada fijado, pues si se sobrepasa intervienen las tasas compensatorias, que de hecho paralizan el comercio. Para cinco productos (tomates, uvas de mesa, limones, naranjas y mandarinas), a propuesta de la Comisión Europea y si no hay mayoría en contra, a partir de 1990 -coincidiendo con la segunda fase de la transición agrícola española- se les otorgará a los países mediterráneos la misma modulación del cálculo del precio de entrada que a españoles y portugueses.
Preferencias comunitarias
Como compensación a estas medidas, España logró que no se otorgara a esos países una reducción de las tasas compensatorias similar a la que simbólicamente. se dio a España como país miembro. "España no pierde la preferencia comunitaria", afirmó Fernández Ordóñez.
En cuanto al vino, se fijan unas cantidades globales de contingentes a aranceles similares a los que tendrá el vino español, con subdivisiones entre vino de botella y a granel. Por otro lado, Túnez ve garantizada una venta a la CEE de 46.000 toneladas anuales de aceite de oliva.
Estas medidas están destinadas a garantizar a esos productos que tienen una gran incidencia social en los países de donde provienen una garantía de mercados. España pidió que si estas ventajas se otorgaban a los países mediterráneos también se aplicaran al archipiélago canario. La comisión se comprometió a hacer propuestas en este sentido antes de 1990, por lo que el tema canario queda pendiente. España utilizará este acuerdo para presionar y para obtener mayores contingentes para Canarias.
En cuanto a la cooperación, la CEE no definió la cuantía de la ayuda global que otorgará a esos países, sino sólo sus criterios: aumento en razón de la mayor capacidad de los doce frente a los diez, cálculo del efecto de la inflación y nuevos objetivos de la cooperación. Los últimos protocolos de cooperación de la CEE con esos países -que empiezan a expirar en octubre de 1986- contemplaban una ayuda global de unos 50.000 millones de pesetas en cinco años, y el doble en préstamos.
Los nuevos acuerdos de cooperación también tendrán en cuenta la pesca. Estarán, además, orientados a incrementar la producción agrícola para llevar hacia la autosuficiencia alimentaría de esos países. Los acuerdos comerciales comenzarán a negociarse en breve, en base a este mandato de que dispone ahora la Comisión Europea.
La CEE sólo ofrece medidas para que la Comunidad siga comprando lo que ya compra. Estas medidas no satisfacen a algunos países mediterráneos, y Marruecos ha expresado su desacuerdo.
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