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La 'cumbre' de Ginebra

Las dos sorpresas visibles de las reuniones iniciadas entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov -su inesperada conversación privada y el repentino hermetismo- pueden ser ingredientes esenciales en cualquier resultado sustancial que provenga de la primera reunión en la cumbre desde hace seis años.Comentarios particulares, tanto del lado americano como del soviético, sugieren que acuerdos culturales, consulares y otros bilaterales están en camino.

Pero no se dice palabra sobre si Reagan y Gorbachov han hecho progresos hacía un entendimiento general sobre problemas esenciales, como el control de armamentos nucleares y espaciales. La charla privada entre ambos dirigentes parece ser una necesaria ruptura con respecto al hielo previo. "Si yo fuese presidente, habría hecho lo mismo", dijo el profesor Marshall Golman, director del Centro de Estudios sobre Rusia de la universidad de Harvard: "Dada la hostilidad y los epítetos intercambiados, tales como el foco del mal sobre la Unión Soviética y el otro comparando a Reagan con Hitler, era difícil poder avanzar en el diálogo sin encontrar una vía de suavizar las cosas".

La segunda charla privada, durante un paseo y una discusión al calor de una chimenea, tuvo lugar después de una reunión en la que se trató el arduo y dificil problema del control de armamentos. Esto sugiere que el paseo puede haber sido la ocasión para que Reagan tratase de convencer a Gorbachov de que la Iniciativa de Defensa Estratégica era una pieza esencial de la paz y de la estabilidad, y que no constituía una amenaza para la supervivencia de la Unión Soviética.

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Los resultados de la segunda discusión privada fueron conocidos solamente por pocos miembros de la delegación de Estados Unidos.

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