Pontevedra: Europa en la costa, sin luz en el interior

ENVIADA ESPECIALLos ciudadanos de Pontevedra tienen la responsabilidad de elegir el próximo 24 de noviembre a 19 diputados. Con los votos que espera de esta circunscripción, Coalición Popular pretende sumar lo suficiente para la mayoría absoluta. Los socialistas confían en hacer un buen papel en la zona costera. Otra cosa es el interior, considerado por el común como feudo inexpugnable de los populares.

En esta Pontevedra de varias caras van a influir notablemente los acontecimientos, algunos de ellos convulsivos, que se han producido allí en los dos últimos años. El cierre de Astilleros y Construcciones (Ascon) de Vigo (1.600 empleados), consecuencia directa de la reconversión y de la negociación con la CEE sobre pesca -así como en los capítulos agrícola y ganadero-, son contenciosos utilizados en esta campaña como logro y como arma arrojadiza, según quien hable de ellos.

Empresarios 'duros'

Los trabajadores de Ascon están decididos a iniciar una nueva serie de movilizaciones que coinciden con la campaña electoral, "para recordar a los políticos sus promesas"" dice Lázaro Fernández, portavoz del comité de empresa de la cerrada factoría y dirigente de CC OO. Los convocantes renuncian de antemano a la contemplación por las calles de Vigo del discurrir de 300.000 personas como ocurrió en febrero pasado. El acceso de los trabajadores a los Fondos de Promoción de Empleo por tres años, en expectativa de recolocación, por ahora ha mermado el impulso reivindicativo."Es cierto que ha habido un tiempo muerto angustioso, pero ya se empieza a vislumbrar un panorama mejor: es posible que en tres años se cree el triple de puestos de trabajo que se perdieron con la reconversión", prevé Juan Fontela, dirigente pontevedrés de UGT. "Lo peor que tenemos aquí son los empresarios, muy duros, muy reaccionarios, que no hacen nada por la reindustrialización, a pesar de las facilidades que se les brindan", asegura Fontela, que excluye de esta generalización a una exigua minoría de nuevos empresarios "que sí apuestan por el futuro". Esta confianza en el futuro la expresa con entusiasmo el socialista Manuel Soto, alcalde de Vigo. "Esta zona va a tener una prosperidad que no ha tenido nunca; de aquí va a surgir el motor de la economía gallega", afirma Soto, que se dice un convencido de la reconversión naval y la todavía por ver reindustrialización.

Idénticas expectativas de "tirón" de la economía gallega atribuye Soto al sector pesquero, "gracias a la negociación de González Laxe

[candidato socialista a la Xunta] en la CEE, que ha sido de matrícula de honor", puntúa Soto. Éste se atreve a formular una profecía: "La CEE dará la responsabilidad de la organización pesquera comunitaria a España".

"Trinidad

[sede del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid] lo ha hecho bien, y los negociadores tienen su mérito, pero el sector pesquero ha tenido mucho que ver en el éxito", puntualiza Enrique López Veiga, gerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo. El dinamismo del sector pesquero va a ser, a juicio de López Veiga, el salvador de la construcción naval. Vigo se presenta ante la CEE pesquera como un socio poderoso y temible, al ser el primer puerto europeo, con un saldo de 200.000 toneladas de pescado anual.

"¿Qué pensaría el pueblo si Felipe González se reuniera en Portugal con huidos de la justicia por sus implicaciones en sumarios de contrabando y luego se encontrara con ellos de nuevo en una comida de inauguración del puente de la isla de Arosa? A xente pensaria que Felipe e de AP" ("La gente pensaría que Felipe es de AP"). Pregunta y respuesta de José Giráldez, coordinador de la campaña socialista en Pontevedra y candidato en esa circunscripción. La Prensa regional recoge con cierta asiduidad acusaciones como ésta que implican a dirigentes de Alianza Popular con el secular contrabando de la zona, sin que se conmueva estructura alguna. "Sólo puedo afirmar que yo nunca he estado relacionado con el contrabando", afirma el presidente de la Diputación de Pontevedra y miembro de AP, Mariano Rajoy, sin tratar de negar en momento alguno que no todos sus correligionarios en Galicia pueden decir lo mismo.

"Las implicaciones de políticos de la derecha con el contrabando son notorias, todo el mundo lo sabe y lo peor es la lentitud desesperante de la justicia", afirma el socialista José Giráldez.

"Una parte de la Iglesia sigue caciqueando de forma impresionante; el cacique es en muchos sitios el cura, que está en campaña electoral permanente", afirma Soto. Alianza Popular va a echar el resto en esta Pontevedra del interior. No por casualidad la lista de esta circunscripción la encabeza José Luis Barreiro, vicepresidente de la Xunta, y le acompañan cuatro conselleiros del Gobierno autónomo. "La diputación, las cajas de ahorro y los alcaldes de la zona rural, con una forma de actuación propia del siglo XIX, van a ser instrumentos con los que AP piensa ganar aquí", predice un candidato socialista pontevedrés.

El término cacique no tiene por que encerrar un concepto peyorativo, según intenta explicar el conservador Mariano Rajoy, presidente de la Diputación de Pontevedra. "Hay personas que tienen influencia y la utilizan en época electoral, pero en realidad aquí no hay caciques, sino personas de prestigio que están en la opción que yo defiendo, verdaderos líderes de opinión", remata Rajoy.

Rajoy refleja la "abismal diferencia" entre la Pontevedra rural y la pesquera, tomando como referente el carácter de sus gentes: "El paisano del interior es callado y desconfiado; los pescadores, aguerridos y peleones". Cuando aquí se habla de "ganaderos", el presidente de la diputación recuerda que tal denominación corresponde mayoritariamente a una familia que vive de "dos animales y cuatro lechugas, muy alejada del siguiente núcleo familiar". Recuerda que llevar el tendido eléctrico a cuatro personas recientemente ha supuesto una inversión de más de 11 millones. "Y todo es así, hay que llevar luz, agua y construir caminos a veces para dos personas". Los planes "ambiciosos" de los que habla Rajoy resultan inverosímiles para los ciudadanos de otras regiones de España. "Ahora estamos en el reto de un telefóno a no más de cuatro kilómetros de un núcleo rural", apunta Rajoy, que enuncia otro plan: "Galicia electrificada para 1991".

"Esto puede resultar extraño, pero es que la gente aquí quiere vivir así, en el monte, construir su casa donde quiera y conservar a toda costa el minifundio", asegura Mariano Rajoy. La concentración parcelaria, llevada a efecto con eficacia en buena parte de la España rural, es un objetivo imposible en Galicia. "Galicia es la quintaesencia del individualismo, por eso ganamos siempre nosotros", extrae como conclusión el conservador Mariano Rajoy.