Máxima prioridad del nuevo Gobierno polaco a la reactivación de la maltrecha economía

El nuevo primer ministro polaco, Zbigniew Messner, presentó ayer ante el Parlamento (Sejm) su Gobierno y su programa, que da máxima prioridad a la reactivación de la aún maltrecha economía polaca. Con ello culminó en Varsovia una profunda reestructuración de los órganos de poder, resultado del cambio de prioridades del régimen polaco, que considera liquidada la crisis política y cerrado el proceso de normalización iniciado con la implantación de la ley marcial en 1981.

Messner, hombre de confianza del general Wojciech Jaruzelski, ya era responsable de la economía en su cargo de viceprimer ministro, que ocupaba desde 1983.Jaruzelski, que inmediatamente después de ceder el puesto de primer ministro a Messner fue nombrado jefe de Estado, dedicará los próximos meses a los preparativos del congreso del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista), del que sigue siendo secretario general.

El congreso se celebrará en la próxima primavera, una vez finalizado el del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).

Messner confirmó ayer la salida del Gobierno, del hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores, Stefan Olszowski. El lunes se había dado a conocer su cese como miembro del Politburó, cargo que ostentó durante casi 15 años.

Olszowski, destacado representante de la línea más dura y ortodoxa del partido, es sustituido por Marian Orzechowski, de 54 años, secretario del comité central y antiguo rector de la academia del partido. Proviene, al igual que Messner -que fue rector de la facultad de Economía de Katowice-, de la Universidad. Fue rector de la universidad de Wroclaw en la década de los setenta.

Ya se había confirmado la pasada semana el cese del viceprimer ministro Mieczyslaw Rakowski, que pasa a ocupar el cargo, sin poder político alguno, de vicepresidente del Parlamento. Algunos observadores califican este cese como el fin de la carrera política del controvertido periodista. Otros indican que es probable que Rakowski ocupe un importante puesto en el partido tras el próximo congreso. Pese a rumores que auguraban su cese, permanece en su puesto el ministro del Interior, Czeslaw Kiszczak.

El nuevo Gobierno de Messner es, según círculos políticos polacos, un Gabinete de transición liasta la celebración del congreso del partido. Para entonces, Jaruzelski deberá haber preparado la renovación del POUP, aún no recuperado de su profunda crisis de los últimos años, para retomar la dirección política del régimen.

El Gobierno podrá dedicarse entonces, como es habitual en los países del Este de Europa, a los problemas económicos. El desmoronamiento del partido tras la creación de los sindicatos independientes Solidaridad hizo necesario que Jaruzelski, como jefe de las Fuerzas Armadas, centralizara todo el poder en el Gobierno bajo la ley marcial. El número de minísterios se ha reducido de 26 a 17.

En el partido fue destituido como secretario del comité central Kazimierz Barcikowski. Barcikowski, al igual que Rakowski, había sido negociador del poder con Solidaridad. Olszowski, por su parte, fue enviado durante el auge de los sindicatos independientes como embajador a la República Democrática Alemana, conocida su posición adversa a todo pacto con las "fuerzas antisocialistas".