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La oposición acusa a Pujol de comprometer la autonomía con su gestión presupuestaria

Enric Company

El primer impuesto del Gobierno de Cataluña, el del bingo, rendirá unos 8.000 millones de pesetas menos de lo apuntado en los presupuestos autonómicos para 1985. El nivel de recaudación de los impuestos cedidos a la Generalitat estaba a 30 de septiembre un 26% por debajo de las previsiones presupuestarias de este año. lo que significa que se dejarán de ingresar unos 20.000 millones de pesetas. Estos datos, que para la oposición socialista comprometen la autonomía, se conocen tres semanas después de que el Gobierno Pujol reconociera un déficit contable de 27.000 millones de pesetas en sanidad y cuando el endeudamiento de la Generalitat alcanza ya, según la oposición, los 160.314 millones.

Por primera vez desde que Pujol está en el poder, la oposición socialista puede replicarle, atacando a su vez al Gobierno que preside, con datos en la mano, por haberse endeudado en cinco años "en 160.000 millones de pesetas", por haber provocado un déficit contable de 27.000 millones en la administración de la Sanidad, y por llevar a cabo una mala gestión de los tributos cedidos, una de las fuentes de financiación de la autonomía. A 30 de septiembre la recaudación de estos impuestos (sucesiones, lujo, transmisiones patrimoniales, tasas y exacciones parafiscales) estaba un 26% por debajo de las previsiones contenidas en el presupuesto de la Generalitat de 1985, según los datos del propio Departamento de Economía.La acusación más punzante es la realizada por los resultados obtenidos en la aplicación del único impuesto establecido por el Gobierno catalán, el del bingo. El conseller de Economía de la Generalitat, Josep Maria Cullell, ha admitido esta semana que se dejarán de ingresar unos 8.000 millones de pesetas de los 12.000 millones presupuestados.

Su departamento ha explicado que a 30 de septiembre la recaudación por los tributos cedidos a la Generalitat igualaba a la de la misma fecha del año anterior. Sin embargo, el presupuesto de 1985 incluye ingresos por estos mismos impuestos superiores en un 26% a los de 1984. -La oposición cifra el hueco entre 20.752 millones y 25.000 millones de pesetas.

Este desfase es calificado por el PSC como un ejemplo de la mala gestión económica de los tributos cedidos por el Estado a la comunidad autónoma. El conseller Cullell, en cambio, admite que este nivel de recaudación está lejos de las previsiones, pero asegura de forma vehemente que no es consecuencia de una mala gestión de su departamento sino de que el Gobierno central les obliga a efectuar unas previsiones excesivamente altas.

La deuda pública

"Para 1986, el Ministerio de Economía nos ha dicho que deben ser 49.000 millones y nosotros ya les hemos advertido que esta cantidad no se ajusta a las posibilidades reales de recaudación. Pero nos argumentan que nos compensarán la diferencia", explica Cullell. La realidad es que tanto la Administración central como la autonómica tienen un cierto interés en que estas previsiones sean altas. El Gobierno central, porque aplaza al año siguiente el pago de una cantidad que para el conjunto de comunidades autónomas puede rondar en 1985 los 200.000 millones. Y el Gobierno autónomo, porque se permite así elevar los gastos. Todo ello no es óbice para que la oposición rechace de plano la explicación de Cullell: "El presupuesto lo elabora el Consell Executiu y lo aprueba el Parlament. La responsabilidad del Gobierno catalán es aplicarlo. De lo contrario, resultaría que elabora unos presupuestos con la intención de no cumplirlos".Pujol dijo el pasado 9 de octubre en el Parlamento catalán que el endeudamiento de la Generalitat ascendería a 110.000 millones de pesetas a 31 de diciembre de 1985 y se declaró contrario a incrementar esta cifra. Los socialistas aseguran que la situación presentada por Pujol como. una no deseable hipótesis de futuro, es ya una realidad. El PSC presentó el miércoles pasado un balance del endeudamiento de la Generalitat, que cifró en 160.314 milllones de pesetas: "Por mucho que se mejore el sistema de financiación autonómica, será preciso prever en el futuro flujos de dinero destinados específicamente a resolver este problema".

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Las réplicas dadas a lo largo de esta semana por el Departamento de Economía no han explicado, por ejemplo, ni el porqué de la baja recaudación por el impuesto de sucesiones, ni por qué se habían recaudado a 30 de junio sólo 6.000.000 de pesetas en concepto de inspección sobre el juego, cuando se habían consignado 5.000 millones.

Cullell ha justificado el fracaso del impuesto del bingo alegando que se ha producido en toda España un descenso general en los ingresos procedentes de la tasa del juego, y que en Cataluña el nuevo impuesto ha evitado que este descenso sea muy acusado. Y para contraatacar a los socialistas, ha asegurado que constituye una "total irresponsabilidad política intentar distraer la atención de la opinión pública del problema de la financiación" cuando se está en la negociación de un nuevo sistema". Al explicar sus críticas a la gestión de Cullell, el PSC afirmó precisamente que "los socialistas catalanes nos encontramos en Madrid, cuando discutimos con el Gobierno las fórmulas de la financiación definitiva, con que el recelo de la Administración central se basa sobre todo en la mala gestión del Gobierno Pujol".

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