Las soberanías españolas
En su editorial del martes 29 de octubre decía usted lo siguiente: "La situación de los socialistas catalanes adquiere relieves que bordean la tragedia: los puntos de vista que suscriben en Barcelona son objeto de recurso por parte de quien gobierna con mayoría absoluta en Madrid, gracias precisamente -entre otros- a sus votos...". Y es que esta divergencia entre PSOE de cultura castellana y PSOE de cultura catalana se da no sólo en el PSOE; se da prácticamente en todos los colectivos, políticos o de otros ámbitos, debido a que la cultura castellana, salvo poquísimas excepciones, se empeña en desconocer la cultura catalana.España, que etimológicamente viene de Hispania, significa Península, y en esta península conviven cuatro soberanías y cuatro culturas que están lejos de coincidir. Las cuatro soberanías son: República portuguesa, Reino español, Principado de Andorra y Gibral tar. A su vez, las cuatro culturas son: países galaico-portugueses, castellanos, vastos y catalanes.
Los países galaico-portugueses son de soberanía española y portuguesa, los castellanos son de soberanía española e inglesa, los vascos son de soberanía española y francesa, y los catalanes de soberanía española, francesa y andorrana. Procede aclarar que los territorios vascos y catalanes bajo soberanía francesa no son peninsulares por hallarse al norte de los Pirineos. Ahora bien, a partir de la instauración de los Borbones los reyes que lo eran de Castilla, León. Aragón, etcétera, empiezan a llamarse reyes de España y someten a todos sus súbditos a las leyes de Castilla, naciendo un natural confusionismo que dura hasta nuestros días entre el concepto Castilla y España, entre castellano y español. Todo lo castellano es español, pero todo lo español no es castellano.
La sumisión a las leyes de Castilla mediante sucesivos decretos de nueva planta fue aceptada distintamente en cada sitio, y así la castellanización de Aragón, que ya se había iniciado en el siglo XV, se consigue sin trauma alguno, pero no así donde la lengua había enraizado sólidamente. Concretamente en el Principado de Cataluña, en las islas Baleares y Pitiusas e incluso en buena parte del Reino de Valencia no hay castellanización alguna, aparte de la correspondiente al alud de millones de inmigrados de los países castellanos, que, sin embargo, se van catalanizando sin traumas.
Hay un buen medio para que los españoles de lengua y cultura castellana puedan comprender a los españoles de lengua y cultura catalana: suponer que Carlos III, archiduque de Austria, hubiera ganado la guerra de Sucesión a su rival francés, Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, y hubiera promulgado en 1714 un decreto de nueva planta sometiendo los países castellanos a las leyes de Cataluña y declarando el catalán lengua o idioma oficial para todo el Estado. No hay duda que de igual modo que hoy muchos catalanes sentimos lógica repulsa hacia lo español con etiqueta castellana, muchos castellanos sentirían entonces una justificada repulsa hacia lo español con etiqueta catalana.
Resumiento: no hay lengua y cultura española; hay lenguas y culturas españolas o peninsulares. Que me perdonen los portugueses, pero son tan españoles (peninsulares) como yo; el hecho de que ellos consiguieran independizarse de los reyes de Castilla y nosotros no no significa que sean menos peninulares o españoles.-
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