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Yurchenko vuelve a Moscú y deja en ridículo a la CIA

Francisco G. Basterra

Vitali Yurchenko, el desertor del KGB (Comité de Seguridad del Estado soviético) que se lo pensó dos veces, regresó ayer al frío de Moscú, dejando en Washington las dudas sobre si es un maestro de espías o si, por el contrario, han sido el rechazo de una mujer y su hundimiento psicológico las causas de su marcha atrás. En todo caso, Yurchenko, que convenció a las autoridades norteamericanas de que regresa "por libre elección" después de haber solicitado asilo político en este país y de tres meses de ofrecer valiosa información, ha conseguido dejar en ridículo a la CIA y apuntar un tanto de propaganda en el marcador de Mijail Gorbachov, sólo 15 días antes de la cumbre que reunirá en Ginebra a Ronald Reagan con el líder soviético.

Funcionarios de EE UU entrevistaron en el Departamento de Estado al desertor, en presencia de diplomáticos de la URS S y de un médico, y afirmó su convencimiento de que Yurchenko regresa a Moscú por razones "personales", tras sufrir un "cambio de ánimo". El espía asegura que nunca desertó, sino que fue drogado y secuestrado por el espionaje norteamericano,La Administración, que prefiere pensar que no ha sido engañada durante tres meses por este alto cargo del KGB, asegura que la información que ha obtenido de él desde que pidió asilo el pasado julio en Roma es buena. Un avión especial de Aeroflot, que no vuela a EE UU, devolvió al espía a su país. El incidente no afectará sustancialmente a la cumbre de Ginebra, aunque será aprovechado por Moscú como ejemplo de "violación de los derechos humanos y terrorismo de Estado".

Una historia de amor

Fuentes oficiales filtraron la explicación de que Yurchenko tuvo hace tiempo un romance con la esposa de un diplomático soviético destinado ahora en Canadá. Tras desertar el pasado verano pidió permiso para verla en Ottawa. Al parecer, fue rechazado por su ex amante, y esto le hundió. También se ha citado la preocupación por su hijo, de 16 años, que está en la URSS, y su frase: "Cuando pienso en sus problemas siempre se puede buscar una salida de una situación, por muy difícil que sea". Otra de las causas de su cambio de opinión radica supuestamente en que la CIA (Agencia Central de Inteligencia) no cumplió las garantías de confidencialidad de sus revelaciones, que aparecieron con gran publicidad en la Prensa.Pero, para algunos congresistas, Yurchenko fue un doble agente desde el principio. El senador Malcolm Wallop, defensor de que se cree una agencia de contraespionaje distinta a la CIA, afirmó que "conseguirá una medalla, y no un juicio, a su vuelta". El senador Richard Leahy, vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado, afirma: "Es increíble que un importante funcionario del KGB piense que pueda desertar y luego volverse atrás y encontrar a su regreso la dacha en el mar Negro esperándole. Le colocarían bajo la dacha". En los últimos tiempos, sin embargo, la URSS ha aceptado, aparentemente sin castigo, a importantes desertores, siempre que condenase antes públicamente a Occidente.

La historia la va a pagar sobre todo la CIA, con una pérdida de confianza del Congreso y de la opinión pública, tras recuperarse lentamente de los desastres y las críticas. Su director, William Casey, que garantizó personalmen te al legislativo que Yurchenko era un auténtico desertor, ve así debilitada su posición. Casey es íntimo amigo del presidente y forma parte del círculo reducido de cuatro o cinco personas que dirige realmente la política norteamericana.

"La CIA ha actuado de una forma imprudente, y amateur", denunció ayer un editorial de The Washington Post. Los críticos coinciden en que los agentes del espionaje no tuvieron sensibilidad en el proceso de interrogatorios de Yurchenko y no supieron contrarrestar la depresión que normalmente sufren los traidores tras la traumática decisión de abandonar su país. Una desertora soviética, que ahora vive en Estados Unidos después de abandonar a su marido, diplomático en la Embajada de la URSS en Washington, denunció ayer como "inhumano" el trato que la CIA da a los desertores. Explicó que la deserción es una "experiencia devastadora emocionalmente" y que en el caso de los soviéticos cuentan mucho los amigos y los vínculos familiares cuando están bajo presión.

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Resulta también increíble cómo el hombre del KGB logró escaparse, el pasado sábado por la noche, de su guardián de la CIA. Estaban cenando en el restaurante Au Pied de Cochon, en Georgetown, el barrio latino de Washington, cuando Yurchenko le dijo al norteamericano: "Si ahora me levanto y me voy, ¿dispararía contra mí?". "En ningún caso; en este país no actuamos así", le respondió el agente estadounidense, según relató ayer la cadena de televisión ABC. El soviético le tomó la palabra, se levantó y se dirigió a su embajada.

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