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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Jugando con Els Comediants

Els Comediants descubrieron hace tiempo una manera propia de hacer teatro: inocente, festivo, fresco, participativo. Hicieron, como algunos otros grupos, vida comunitaria; mezclaron sus biografías con las de sus personajes, intercambiaron sus fantasías y sus inventos y, desde unos inicios bastante difíciles, se fueron alzando poco a poco hasta conseguir un público propio en España y un puesto de respeto en los grandes festivales internacionales.Se les ha visto conseguir pequeños y emotivos milagros: hacer bailar una sardana al público madrileño en la plaza de Lavapiés; y no sólo al que les seguía desde el teatro, caliente por la representación, sino a quienes salían del metro o a los que se incorporaban desde los cafés próximos; abarrotar el Retiro -hasta su botánica- o convertir en bailongo popular una sala de teatro.

Alè

Els Comediants.Centro Dramático Nacional. Madrid, 1 de noviembre.

Es probable que se trate de un teatro menor, si se toma como el máximo al que corresponde a la literatura dramática -texto y actor- o al que tiene una intencionalidad. Cultiva lo infantil: distrae aniñando al espectador, buscando la risa blanda y blanca. Ha creado su personalidad, y la sostiene.

Alè [estrenado en Barcelona; véase crítica de Joan de Sagarra en EL PAÍS de 22 de marzo de 19841, el espectáculo que representa Els Comediants en el teatro María Guerrero, transformado para la ocasión -el patio de butacas ocupado por una plataforma, y el público en unas gradas instaladas en el antiguo escenario, y parecería más lógico que se hubies e buscado otro espacio que el descuartizamiento de este monumento inventado para otra cosa- busca una especie de narración un poco más coherente que sus espectáculos anteriores; una especie de trazado de las edades del ser humano, y del tránsito sobre la tierra.

Pura broma

Todo ello sin horadar la superficie, a manera de pura broma, y no buscando más allá de ciertos tópicos cómicos de los que se centran en las ideas de la tontería individual y colectiva, de la poca sensatez del camino andado, o de la muerte igualitaria que a todos despoja de su máscara. Parece más bien un pretexto para su espectáculo visual y musical, quizá una tendencia para adaptarse al cambio del teatro que busca ahora, como reacción, un cierto regreso a lo narrativo, aunque pueda ser rudimentario, como en este caso. Lo intentan sobre todo en la segunda mitad, con una especie de apunte de sainete que es, al mismo tiempo, lo más débil del espectáculo.Pero lo que se, busca en Els Comediants se encuentra: a falta de una idea sustancial, has, mil ideas pequeñas, juguetes de escenario, ilusionismo, estética teatral conseguida con proyecciones, elásticos, lienzos, máscaras. postizos, trajes.

Y con un tipo de interpretación del que parecen tener la exclusiva: una forma fresca y juvenil de estar en el escenario y entre el público, sin inhibiciones ni siquiera en los desnudos colectivos y prolongados. La sustitución de las palabras, que apenas se emplean -es una de las características de un género de teatro que se inventa con la ambición de prender al público de idiomas distintos al básico de sus creadores, incluso para incluir actores de otras nacionalidades- está hecha de forma que parece más -espontánea que premeditada o artificial.

Su estilo propio de movilizar al público aparece al final, cuando se le fuerza a salir de la sala y a participar en la fiestecilla de despedida en el vestíbulo. Buscar en ello una apoyatura al símbolo general de que todo se acaba, incluso la ilusión de vida que pueda ser el teatro -con sus inevitables alusiones a que el inundo comedia es- parece excesivo. Lo que interesa es que esa forma la saben hacer funcionar perfectamente.

Probablemente no es el mejor espectáculo de Els Comediants; parece de transición, pero esto naturalmente no se podrá saber hasta que se vea como continúa su carrera. El público les acoge bici], aunque sea sensible al bache de la segunda parte; participa, y querría probablemente participa un poco más. Jugar él también.

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