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El engorde artificial

La entrada de España en la CEE va a suponer la limitación de los finalizadores o anabolizantes permitidos para el engorde o crecimiento artificial, antes de su sacrificio, de los animales destinados al consumo humano. La aplicación de estos productos debe ser hecha con especial vigilancia debido a su peligrosidad y graves repercusiones que pueden tener en el consumo humano. En cualquier caso su administración debe ser controlada por un veterinario y deben guardarse periodos de eliminación antes del sacrificio de los animales a los que se les ha suministrado.Hasta 1984 la CEE sólo permitió cinco finalizadores (17 beta estradiol, progesterona, testosterona, trembolona y zeranol). Los tres primeros se extraen de moléculas naturales y los dos últimos de molécula de síntesis. La trembolona y el zeranol han quedado en suspenso desde el pasado 30 de julio de este año y las nuevas directrices de la Comunidad Europea hablan de la conveniencia de no utilizar ningún tipo de estos productos aunque deja en libertad a cada país miembro para utilizar los tres primeros.

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La legislación española permite en estos momentos la utilización de estos cinco anabolizantes, pero a partir del próximo día 1 de marzo (fecha que coincide con el comienzo del año agrícola en la CEE) quedarán prohibidos la trembolona y el zeranol. En los primeros meses de este año fuentes oficiales de la Administración central y de las administraciones autonómicas que integran la Mesa Técnica Coordinadora sobre Productos Anabolizantes "sospecharon de un nuevo y fuerte recrudecimiento de la utilización de estos productos, con extensión a las especies porcina y aviar con indicios de haberse iniciado ya su utilización en el cebo de cordercis".

La Mesa Técnica consideró entonces imprescindible y urgente un plan contra el uso indiscriminado de estos productos. En este plan debería figurar una campaña de información sobre las características de la carne normal, para desterrar de la mente de los consumidores la idea de que carne blanca es sinónimo de carne buena.

En España muchos ganaderos administraban estos productos a las reses para que su carne aparezca más blanca de lo que es normal porque así lo demanda el consumidor. Mientras tanto los europeos demandan una carne más roja y de animales de más años.

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