Felipe González defiende una negociación política de la deuda externa

El presidente del Gobierno español, Felipe González, afirmó ayer ante la asamblea de la Asociación de Cámaras de Comercio Iberoamericanas (AICO) que la enorme deuda externa de América Latina no es ya sólo un problema de negociación de pasivos o tipos de interés, sino que sólo puede resolverse mediante un acuerdo político y una solución técnica globales. En concreto, el presidente invitó a acreedores y deudores a realizar un estudio conjunto de las posibilidades de solución. Las palabras de González coinciden con las posiciones que defiende al llamado Grupo de Cartagena, formado por las 11 naciones más endeudadas de América Latina.Felipe González defendió esta tesis en la clausura de la XII asamblea de la AICO, que durante tres días ha reunido en Sevilla a representantes empresariales de todo el subcontinente, España y Portugal. En su discurso en este acto -el primero al que González asiste en su tierra natal, Sevilla, desde que es presidente-, el jefe del Gobierno afirmó que no puede exigirse a los países deudores que vivan por debajo de lo humanamente posible, aunque sí se les puede pedir austeridad, siempre que se les ofrezca un nuevo marco para las relaciones económicas internacionales.

González coincidía así con el secretario general de la AICO y presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, Mario Suárez Melo, quien en un discurso pronunciado antes criticó duramente a los "acreedores de hoy que antes fueron vendedores de ilusiones", y pidió que la deuda externa no se contemple sólo como un problema financiero, sino como "una condena" a vivir bajo los límites de la subsistencia. Asimismo, Suárez Melo consideró necesario un acuerdo del mundo empresarial para crear una nueva situación que conduzca a estos países al desarrollo económico y político, y consideró que América Latina tendrá en España y Portugal dos abogados para conseguir un mejor trato de la CEE.

Felipe González advirtió por su parte que la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) tendrá pocas repercusiones en nuestras relaciones económicas con los países iberoamericanos por la misma poca entidad de éstas.