Un verdadero desmadre con el sello de Boadella
ENVIADO ESPECIALEn el local de la Caja de Ahorros de Alicante y organizado por la Asociación Independiente de Teatro de esta ciudad, se ha celebrado el estreno mundial de Virtuosos de Fontainebleau, el último espectáculo de Els Joglars.
Sirviéndose de un septeto de músicos franceses (contrabajo, flauta, viola, violín, clavicémbalo, violonchelo y fagot), invitados por una supuesta Consejeria d'Interrelacions amb Europa de la Generalitat de Catalunya a dar un concierto en nuestro país, dentro del programa Europa a l'Abast, un tinglado de esta supuesta consejería, Albert Boadella arremete desvergonzada y despiadadamente contra el chauvinismo de los franceses, contra la prepotencia de la cultura europea de más allá de los Pirineos, contra el provincianismo de la clase política española deseosa de repantigarse en las poltronas del Parlamento Europeo y, en definitiva, contra la entrada de España en el Mercado Común. Para Boadella, "Europa", son sus propias palabras, "es un water de cinco estrellas", algo acabado, que no le interesa en absoluto.
El espectáculo es muy distinto si se ve desde aquí o si se ve desde Francia, adonde seguramente viajará, al igual que a Italia. A los franceses, a ciertos franceses, no les va a hacer ninguna gracia ver cómo uno de los siete músicos, un compatriota, se baja los pantalones, nos muestra el trasero y se pasa por el culo las glorias nacionales de su país -de Juana de Arco a Josep Maria Flotats- en un arrebato de identificación con la "irracionalidad española", con "lo auténtico". En cambio, los españoles se lo pasarán pipa, como se lo pasaron los alicantinos, viendo a los franceses escenificar (con todos los tópicos: Buñuel, Picasso, La Benemérita y la Fiesta Nacional) las supuestas relaciones homosexuales de Dalí con Federico García Lorca. Una sátira finísima, la parte, sin duda, más inteligente del trabajo de Boadella.
Franceses peloteados
En conjunto, se trata de un espectáculo muy desigual. Hay chistes malos, malísimos (que motivan la risa fácil, tonta); hay despelote, escatología y guarradas a manta (concierto de pedos, pues el pedo, como el eructo, "también son música"); y hay también algunos gags de antología, como el de La Pilarica tocando la pandereta en la jota de La Dolores, o la inesperada aparición del Timbaler del Bruc expulsando a redobles a los músicos franceses. En definitiva, un verdadero desmadre en el que cabe todo, metido, claro, con calzador, desde Luis XV cantando el Je ne regrette rien..., a una barraca de pim pam pum en el que los franceses son peloteados con naranjas, pimientos, berenjenas y otros productos de la huerta, por el público. Un espectáculo indiscutiblemente Boadella, con el sello Boadella, espléndidamente interpretado por los mismos actores del Teledeum.Virtuosos de Fontainebleau, que alcanzó un gran éxito la noche de su estreno, se presentará en Barcelona, en el Palau de la Música "un local sagrado, muy indicado para la función", al decir de Boadella, el 11 de diciembre próximo, ofreciendo tan sólo 11 representaciones. El coste del montaje se eleva a unos 24 millones de pesetas.
Babelia
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