Una semana para la ciudad

En la 30ª edición que hoy se inicia, los organizadores confían en superar los 45.000 asistentes de la pasada. "Una de las peculiaridades de la Seminci", dice su director, Fernando Lara, "es su incardinación en la ciudad, la respuesta de la gente".La organización mantiene los mismos precios que en la edición anterior, entre 100 y 200 pesetas la butaca, excepto las sesiones de inauguración o clausura, y abonos completos por 2.500 pesetas.

La Semana se siente en la vida local. Valladolid es una ciudad que conserva las dimensiones precisas para dar cabida con dignidad a un acontecimiento de esta índole, pero también para que su desarrollo no se diluya en la indiferencia de la gran ciudad.

Tres décadas son historia: "Creo que la Semana", dice Lara, "va unida a una generación: la que despertó al cine en los años 60 buscando obras y autores que les estaban vedados por la censura". Pero no todo es pasado: "Lo importante", añade, "es que se ha adaptado al ritmo de los tiempos, a las necesidades de una sociedad y de un medio que han variado rotundamente".