Un sector sin privilegios

"Los escritores no son unos privilegiados en Cuba". La afirmación hecha por José Rodríguez-Feo y suscrita por sus cuatro compañeros de viaje es tajante.Si ellos -y no otros- están aquí es porque sus nombres han sido elegidos por los organizadores del congreso canario en el que han participado. Pero, por lo demás, el único privilegio de los artistas cubanos es que desarrollan un trabajo que suele estar en relación con su actividad artística, "porque la revolución facilita que los escritores se sitúen en el mundo de la cultura". Al margen de esto, hacen sus guardias en los centros de trabajo, participan en el trabajo colectivo y otras obligaciones comunitarias.

"La única batalla del artista cubano", asegura Rodríguez-Feo, "puede venir de algún cuadro intermedio que no ha sabido interpretar los principios de la revolución". Antón Arrufat añade que muchos de ellos han tenido algún que otro problema con esos burócratas, pero que si finalmente queda claro que no se pretendía atacar los principios de la revolución y el socialismo, el problema termina.

Miguel Barnet concluye diciendo que el escritor tiene en la Cuba actual libertad de expresión en el sentido de que se puede expresar de las más diferentes modalidades y formas. "Pero nuestro mayor privilegio -el único que se nos puede señalar- respecto a los demás compañeros es tener esa capacidad de expresión. Por lo demás, la igualdad es total".