El Polisario culpa a Serra y a Fernández Ordóñez de cambiar la política sobre el Sáhara

Los dirigentes de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y el Frente Polisario responsabilizan a los ministros españoles de Asuntos Exteriores y Defensa, Francisco Fernández Ordóñez y Narcís Serra, de haber orientado, bajo su influencia personal, la nueva política de España respecto a la guerra del Sáhara.

El presidente de la RASD y su primer ministro, Mohamed Abdelazis y Mahfud Larossi Ali Beiba declararon a un grupo de periodistas españoles en los campamentos de Tinduf (Argelia): "La expulsión de nuestros representantes en España tras los sucesos de El Junquito responde a un plan preestablecido por Fernández Ordóñez, que anteriormente había visitado a Hassan. La maniobra forma parte del alineamiento con Marruecos inaugurado por Serra."

Abdelazis, que rompió en esta ocasión su habitual hermetismo para explicar su análisis de los recientes hechos, llegó a expresar una duda: "Comenzamos a sospechar que el nuevo ministro español de Asuntos Exteriores haya podido hacer algunas promesas a Hassan II a cambio de beneficios personales concretos".

Larossi añadió: "La política exterior española sobre el Sáhara estuvo siempre manipulada desde intereses muy personales. Conocemos al rey de Marruecos y su capacidad de corromper. Serra y Ordóñez han tenido contactos personales con Hassan II".

Iglesias visitó a los saharauis

Por otra parte, el secretario general del PCE, Gerardo Iglesias, declaró ayer en Madrid, después de visitar los campos de refugiados saharauis en Argelia, que si el Gobierno español no ignora que hay una guerra con dos partes en el Sáhara, no habrá peligro para los pescadores españoles que faenan en las aguas cercanas.Gerardo Iglesias, que se entrevistó en días pasados con el presidente de la RASD, dijo que, tras su visita a los campos de refugiados, había sentido "mayor vergüenza" que la que ya sentía aquí por la política respecto al Sáhara del Gobierno español, que, según dijo, llega hasta el desinterés de no apoyar los esfuerzos de la RASD por conservar la lengua y la cultura española.