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La orden de Reagan para interceptar el avión egipcio, captada por un radioescucha

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, y el secretario de Defensa, Caspar Weinberger, planearon la semana pasada la interceptación del avión egipcio con los secuestradores del Achille Lauro a bordo, en una conversación de radioteléfono que pudo ser escuchada por radioaficionados en una amplia zona de Estados Unidos, según han confirmado portavoces de la Casa Blanca y el Pentágono. De hecho, los contactos fueron captados por un radioescucha en Chicago, que afirma haber oído a Reagan ordenar al Weinberger que los cazas norteamericanos hicieran todo lo que hiciese falta para detener el aparato.La conversación se produjo el pasado jueves por la tarde entre el avión de Reagan y otro aparato, en el que viajaba Weinberger. Dada la necesidad de tomar decisiones urgentes, se decidió establecer una comunicación de radioteléfono entre los dos sin que mediara la acostumbrada codificación de las frecuencias oficiales, pues ello hubiera prolongado excesivamente el tiempo de espera, según los portavoces. De esta manera fue posible que captara la conversación un radioescucha de Chicago. Éste afirmó a la cadena de radio CBS que Weinberger expresó inicialmente sus reservas sobre la pretendida operación militar y advirtió a Reagan que podría molestar profundamente al Gobierno egipcio.

Según el Pentágono, el secretario de Defensa sólo presentaba al presidente las eventuales consecuencias de la operación, a la que no se oponía.

"Weinberger manifestó al presidente que la operación podría ser un golpe importante contra el terrorismo", declaró una fuente del Pentágono, "pero también señaló que si fuera posible capturar a los terroristas en Egipto se podría evitar cualquier problema diplomático".

Según el radioaficionado, Reagan pidió que los pilotos de los cazas utilizasen cualquier recurso a su alcance para detener el aparato, incluso disparos intimidatorios. Estados Unidos afirma que no se efectuó ninguno.

No es la primera vez que falla el sistema de comunicaciones de Reagan. En 1982, otro aficionado captó una conversación políticamente embarazosa entre el presidente y el entonces secretario de Estado, Alexander Haig, sobre la guerra de las Malvinas.

Quien más se lamenta del incidente es el anónimo radioescucha de Chicago, al parecer un hombre inválido que pasa la mayor parte de su tiempo dedicado a tareas radiofónicas. Teme ahora que la Casa Blanca cambie la frecuencia que emplea en el avión del presidente, privándole así de su mejor forma de diversión.

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