España apoyará en los foros internacionales la renegociación de la deuda externa uruguaya
El Gobierno español se comprometió ayer, en la declaración conjunta firmada por Felipe González y Julio María Sanguinetti al término de la visita oficial de éste a España, a prestar su apoyo en los foros internacionales para llegar a un resultado positivo en la renegociación de la deuda externa de Uruguay, que asciende a unos 4.600 millones de dólares (casi 750.000 millones de pesetas). En los contactos mantenidos, Sanguinetti y González volvieron a tratar del papel de España cómo intermediario de los intereses de Latinoamérica en la CEE, tema que ya fue estudiado la semana pasada en Nueva York, en una reunión a la que también asistieron el ex presidente de Panamá Nicolás Ardito Barletta y el presidente de Venezuela, Jaime Lusinchi.
La declaración conjunta, firmada al término de una entrevista de hora y media de duración entre los presidentes de ambos países, subraya la necesidad de un "adecuado proceso de renegociación de la deuda externa uruguaya" y el apoyo del Gobierno español para llegar a una solución en la mencionada renegociación. Los dos Gobiernos manifiestan "su preocupación por las tendencias proteccionistas existentes en numerosos países, cuyos efectos pueden ser gravemente perjudiciales para los intercambios internacionales, con especial incidencia para las exportaciones de los países en desarrollo".La declaración señala que España prestará todo su apoyo posible en los intercambios comerciales y financieros "a fin de contribuir al afianzamiento de la democracia en Uruguay y a su recuperación económica".
Por su parte, Uruguay muestra su apoyo a la integración de España en la Comunidad Económica Europea. "A este respecto", se afirma en la citada declaración, "España tendrá, como miembro de dicho organismo, muy particularmente presente las especiales relaciones que le unen con Uruguay y con los demás países de Iberoamérica". En este sentido se recuerda la declaración firmada entre nuestro país y la CEE, relativa al desarrollo e intensificación de relaciones con los países de Latinoamérica. En dicha declaración España puso de manifiesto el deseo de que su integración no suponga perturbaciones bruscas en sus relaciones comerciales con aquellos países y que se encuentren soluciones en el marco de los mecanismos internacionales y comunitarios.
España, en el transcurso de la visita que Felipe González hizo la semana pasada a Nueva York, aceptó un proyecto, a iniciativa uruguaya, para la creación de un mecanismo para establecer contactos diplomáticos periódicos con los países latinoamericanos sobre temas comunitarios. El presidente del Gobierno español se reunió en Nueva York con los presidentes de Panamá, Uruguay y Venezuela para estudiar las repercusiones que tendrá sobre Latinoamérica la entrada de España en la CEE.
Denuncia del proteccionismo
Con anterioridad a la firma de la citada declaración, el presidente de Uruguay, Sanguinetti, se refirió, en un discurso improvisado y de fuerte contenido político pronunciado en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, a los problemas económicos que sufre Latinoamérica y la amenaza que supone para la democracia en esos países el proteccionismo industrial de las potencias. Sanguinetti señaló que detrás de estos actos proteccionistas, en apariencia económicos, hay también implicaciones políticas."No podemos resignadamente aceptar que ni siquiera nos llegue el producto mismo de nuestro trabajo", afirmó entre aplausos de los asistentes Sanguinetti, quien añadió que de los cálculos de exportación de Latinoamérica para este año -estimados en 95.000 millones ae dólares- sólo se alcanzaría la cifra de 85.000 millones de dólares. "Esos 10.000 millones de dólares se han evaporado en esta guerra permanente y constante del proteccionismo, y esos 10.000 millones pesan tanto en la balanza como en los bienes de nuestras gentes".
Sobre el fenómeno de la deuda externa de Latinoamérica, Sanguinetti dijo: "No es un problema económico exclusivamente, ya que el sistema comercial implantado en la zona impide pagar dicha deuda".
Elogios al Rey
El presidente de Uruguay se refirió también en su discurso a la transición política española, "que ha sido fuente constante de inspiración para nosotros", y al papel desempeñado por el rey Juan Carlos. "Nosotros", dijo Sanguinetti, "republicanos de formación, de convicción y de militancia, terminamos siendo no monárquicos, que no lo podemos ser, pero sí realistas en cuanto a reconocer el papel ilustre de la Corona española en este tránsito".En unas palabras que fueron interpretadas como críticas veladas al líder cubano Fidel Castro, Sanguinetti rechazó en su discurso las polémicas sobre la historia y subrayó que "nadie puede estar juzgando aquello para lo que no ha sido llamado a juzgar". El presidente uruguayo se preguntó: "¿Por qué recordar las malas cosas? Acordémonos de las buenas, del espíritu de san Bartolomé de las Casas y su aportación sobre los derechos humanos y de la creación de universidades".
Peces-Barba, en sus palabras de salutación, con numerosas referencias a la historia de España y Uruguay, resaltó "la idea de una comunidad hispánica de naciones que debe unirnos a todos en una estrecha cooperación en un régimen de igualdad".
Por su parte, en la declaración firmada por ambos países, que consta de 17 capítulos, se reitera el apoyo de los dos Gobiernos al Grupo de Contadora en pro de una solución pacífica y global de la zona, se apela a los países latinoamericanos que aún no han logrado su soberanía a "establecer las condiciones precisas para una transición rápida a la democracia", se condena la política del apartheid en Suráfrica y se manifiesta la preocupación "por la escalada mundial armamentista". La declaración incluye que el V Centenario del Descubrimiento de América "constituye un acontecimiento de trascendencia universal y forma parte de un patrimonio cultural e histórico común".
Tras la firma de la declaración, el matrimonio González ofreció un almuerzo al presidente uruguayo y a su esposa en la bodeguilla del palacio presidencial, al que asistieron los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países, parlamentarios uruguayos y el secretario de Estado para la Cooperación Internacional y de Iberoamérica, Luis Yañez.
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