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Crítica:DANZA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Palabras y piruetas

El Teatro de la Danza ha vuelto a presentarse en Madrid con dos conocidas miniaturas de Chejov, El oso y La petición de mano, que han llevado a la escena de la Sala Olimpia los días 27, 28 y 29 de septiembre. Sus intérpretes -Antonia Rodrigo, Antonio Llopis, Luis Olmos y Amelía Ochandiano- mezclan en sus evoluciones elementos de Graham, pasos clásicos y una serie de contradicciones propias, al tiempo que sobreactúan sus personajes. El resultado es ecléctico y desigual.Ya Béjart en 1964 dejó sentada la proposición de conjugar danza y palabra en su pieza La noche oscura, donde María Casares decía los versos de san Juan de la Cruz y Béjart evolucionaba al ritmo de una percusión. Hoy todavía es posible ver experimentos en este sentido, que no acaban de dar un fruto lo suficientemente cristalizado, aunque Lila Greene, cercana al movimiento posmoderno neoyorkino, ha trabajado en esta línea.

Lo más interesante de la oferta del Teatro de la Danza es el incluir un trabajo de dramaturgia que trata de justificar los movimientos bailados, apoyándose siempre en textos teatrales.

Hay una elementalidad en la coreografía, marcando los pasos de un academicismo forzado e incompleto; falta el enlace, tanto entre las poses como en los saltos del baile propiamente dicho, a la acción dramática. En El oso está más conseguida esta fusión, y el discurso fluye al ritmo del baile.

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