Martín Prieto y los "33 orientales"
El 24 de agosto de 1985, el corresponsal de EL PAIS Martín Prieto, en una información sobre militares argentinos, menciona a los "33 orientales", y para ilustrar al lector español aclara que fueron "militares argentinos del siglo pasado que cruzaron el río de la Plata para liberar la provincia Oriental -Uruguay- de la dominación brasileña".En carta de lector posterior, el señor Josué Sica, de Valencia, le corrige y muestra-su asombro de que un periodista pueda cometer un "error de tanto peso histórico en tan poco espacio". Pero resulta que el que incurre en ello es el señor Sica.
Por un lado, si bien el general Rivera fue el primer presidente del Uruguay independiente, no fue ni jefe, ni siquera uno de los 33. Incluso su actitud inicial fue combatirlos militarmente, porque él era un abrasilerado. Los jefes de los 33 fueron el general Lavalleja y el general Oribe (y la playa de La Agraciada, donde desembarcaron, está en el departamento -municipio- de Soriano y no en el de Colonia).
Por otro lado, y aun aceptando las altisonantes alabanzas patrióticas del señor Sica merecidas por esos héroes, en rigor histórico los 33 orientales sí eran militares argentinos: militares, por su formación y actividad militar; argentinos, porque hasta 1830 no existió Uruguay como Estado. Y los allí nacidos -los orientales- eran argentinos de nacionalidad, ya que la provincia Oriental (léase Uruguay) integraba las Provincias Unidas (léase Argentina) del Río de la Plata.
Cuando en la declaratoria del 25 de agosto de 1825 -citada parcialmente por el señor Sica- se dice "libre e independiente de todo yugo extranjero", se refiere a "los intrusos poderes de Portugal y Brasil", y en la segunda parte de la misma, llamada Acta de Reincorporación, el pueblo oriental, en soberana asamblea, declara que "la provincia Oriental se reincorpora al seno de las Provincias Unidas, de la que es, fue y será una".
Luego vendría la triste intervención de la diplomacia imperial inglesa, que inventaría Uruguay en los Acuerdos de Río de Janeiro de 1828, sin participación ni acuerdo del pueblo de la provincia Oriental.- .
