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'Vendedor' de un nuevo estilo

Francisco G. Basterra

Edvard Shevardnadze, el vendedor del nuevo estilo que quiere imprimir a la URSS Mijail Gorbachov, cruzó ayer por la mañana por primera vez el umbral de la Casa Blanca, con una cartera de ejecutivo similar a la de cualquier tecnócrata de Washington. Horas antes, el borde del huracán Gloria había azotado la capital federal y el tema del tiempo atmosférico,y el clima político le sirvieron para romper el hielo en los primeros momentos de la entrevista con el presidente. El miércoles, en Nueva York, Shevardnadze había logrado, con su estilo abierto y pragmático, que el secretario de Estado, George Shultz, dijera que "con este hombre se puede hablar". Shultz aguantaba mal a Andrei Gromiko y sus entrevistas siempre eran muy problemáticas.Shevardnadze ha venido a EE UU decidido a causar una buena impresión y demostrar que, aunque probablemente sólo a nivel de imagen, algo está cambiando en la URSS. Según los observadores, hasta ahora lo ha conseguido. Este hombre de 57 años, que procede del KGB y tiene experiencia como gestor económico e innovador, ha roto completamente con la imagen helada de su antecesor, Gromiko. Ha logrado durante una semana mantener la expectación de la Administración de EE UU con una supuesta propuesta sobre reducción de armamentos, cuyo desconocimiento ha impacientado a Ronald Reagan, que afirmó eljueves que "se disgustaría" si el ministro de Exteriores soviético no enseña sus cartas.

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La mejor agencia publicitaria

Por primera vez desde hace muchos años, Washington parece a la defensiva ante la campaña de relaciones públicas y propaganda desplegada por Moscú. El ministro danés de Asuntos Exteriores, Uffe Ellemann-Jensen, dijo que "Shevardnadze parece estar empleando la mejor agencia de publicidad de Madison Avenue", en Nueva York, refiriéndose a su oferta de una paz en las estrellas, en contraposición a la guerra de las galaxias norteamericana. Jensen le entregó un papel protestando por las violaciones de los derechos humanos en la URSS y Shevardnadze lo aceptó sin rechistar. "Gromiko lo hubiera rechazado asegurando que éste es un asunto de política interna soviética", dijo el diplomático danés. Hace uso de cierto sentido del humor y llegó a sonreír en la misma entrevista cuando el ministro danés se rió en el momento en que Shevarnadze exponía la "propaganda habitual".

En la ONU no pronunció el habitual discurso duro y cargado de epítetos descalificadores contra EE UU, país al que sólo citó un par de veces explícitamente.

A Shultz le pidió excusas por no asistir a su discurso, que resultó, curiosamente, más severo en el tono contra la URSS que el del ministro soviético. Algunos diplomáticos occidentales que le han tratado estos días concluyen que "es un hombre del Sur, un latino", en contraste con Gromiko, que tenía el carácter más gélido de un norteño.

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En la entrevista de más de cuatro horas que mantuvo con Shultz esta semana en Nueva York, Shevardnadze utilizó constantemente papeles preparados, que leía, pero los norteamericanos se sorprendieron por su conocimiento de los temas estratégicos. No es imaginable que ayer tuviera problemas con Reagan, que está siendo preparado a marchas forzadas con más de 20 breves informes sobre todos los aspectos de la URSS. Pero hasta ahora, informó la Casa Blanca, el presidente sólo ha podido estudiar media docena.

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