Cuando la arruga no es bella
Nariz, mamas y rejuvenecimiento son las intervenciones más solicitadas por los españoles
"Dentro de 20 años será tan poco decente ser feo como estar sucio". La frase, pronunciada en 1930 por Passot, un especialista en cirugía estética, se está haciendo realidad a medida que la imagen se convierte en tarjeta de presentación que abre o cierra todas las puertas. El auge de la cirugía plástica se debe a los propios avances de la medicina, que permiten llegar a una edad avanzada en buenas condiciones físicas, de forma que uno se siente mucho más joven de lo que se ve.
"Nosotros tratamos de identificar la voluntad interior de ser del individuo con su imagen", asegura Benito Vilar Sancho, presidente del citado congreso. Tradicionalmente, las mujeres recurren a este tipo de intervenciones con más frecuencia que los hombres. Sin embargo, cada vez es mayor el número de varones que se someten a una operación correctora, aunque sea recurriendo a excusas tales como alegar dificultades reaparatorias cuando lo que realmente desean es corregir algún defecto estético de la nariz.
El especialista español Urich Hinderer interpreta el fenómeno en clave sociológica al asegurar que "nuestra sociedad transmite la imagen de un individuo joven, bello, esbelto. La venta de imagen en la televisión, en la publicidad o en el cine ha hecho que en los últimos años la buena apariencia se vuelva requisito importante para la aceptación del individuo dentro de la sociedad". Y asegura que una persona que tiene un defecto físico o simplemente es fea tiene más dificultades para encontrar trabajo y para ser aceptada en su medio. De esta forma, en las clínicas de los cirujanos plásticos se mezclan profesionales del espectáculo y de la política con personas insatisfechas de su aspecto físico y otras que intentan mejorar su situación profesional o sentimental.
Las mujeres se operan generalmente cuando tienen entre 40 y 50 años, mientras que los hombres suelen decidirse algo más tarde, entre los 50 y los 60. La estadística refleja el cambio de actitudes motivado por la progresiva importancia del aspecto físico. "Antes había muy pocas mujeres de más de 35 años que se operasen de nariz, y no se sometían a operaciones de rejuvenecimiento hasta que ya estaban muy estropeadas, cuando tenían más de 60 años". En general, nariz, rejuvenecimiento y mamas son, en este orden, las interverciones más solicitadas.
Se queja Vilar Sancho de que "muchas veces lo que nos piden son milagros: 'Quiero estar como la mujer de la fotografía'; 'póngame estos ojos, estas cejas, estos labios, estíreme aquí y rejuvenézcame allí'. Y nosotros lo que no podemos lograr' es poner años a la vida, porque no trabajamos con plastilina, sino tan sólo dar vida a los años". Los expertos aseguran que el aumento en la demanda de operaciones ha ido en proporción al incremento en la calidad de vida. Sin embargo, este especialísta asegura que la crisis económica se ha notado fuertemente en el sector, de forma que se operan muchas menos personas de las que querrían hacerlo y "bastante tenemos con que no haya descendido el número de clientes".
Cada país tiene un tipo diferente de cirugía estética, en función de sus características. El especialista mexicano Mario González Ulloa señala que las propias necesidades han originado una superespecialización por países que actualmente se traduce en la existencia de escuelas de gran prestigio. España se ha especializado en la cirugía de nariz, según dicen las malas lenguas a causa del gran tamaño del apéndice nasal que tradicionalmente nos ha caracterizado.
Sin embargo, la escuela india es la más espoleada por las circunstancias en lo referente a la reconstrucción de nariz. La causa hay que buscarla en la costumbre de cortar la nariz a ladrones y prostitutas, entre otros, hace tres siglos. Los especialistas asegur an que el método desarrollado por los indios para reconstruir narices es tan perfecto que sigue utilizándose en la actualidad.
"A los egipcios, y también a los turcos, les preocupa mucho la impotencia sexual, y por eso son quienes más han contribuido a desarrollar las técnicas reparadoras de esta función", indica González Ulloa. Atribuye a la tendencia de los argentinos a quedarse calvos precozmente su gran experiencia en la cirujía estética del cuero cabelludo. En cambio, México es el país en el que se realizan mayor número de operaciones de cirujía de rejuvenecimiento, porque, según este experto, "allí las mujeres se liberan entre los 40 y los 50 años, al divorciarse o quedarse viudas, y desean vivir intensamente cuando ven que por fin pueden hacer lo que les da la gana sin que nadie decida por ellas. No he visto este fenómeno en ningún otro país de forma tan acusada".
Japón, fiel a su tradición de miniaturizarlo todo, se especializa en la microcirugía plástica, sobre todo en el aspecto reparador (trasplantes musculares y óseos), apoyada en los avances tecnológicos, lo que confirma la influencia que cada país ejerce sobre su propia cirugía estética. Pero quien se lleva la palma en cirugía de la superficie del contorno corporal es Brasil. González Ulloa tiene también una interpretación para explicar esto: "La mezcla de razas ha originado un tipo especial de belleza, la brasileña, que envejece muy lentamente. Las brasileñas acuden a la cirugía estética con mucha frecuencia. Son mujeres de playa, porque el clima tropical potencia la vida al aire libre y por eso exigen mucho al cirujano plástico, que ha tenido que depurar mucho su técnica para responder a esta demanda. Por eso, los mejores cirujanos del cuerpo son los brasileños", explica.
Carlos Uebel, cirujano plástico brasileño, confirma la teoría, y va aún más lejos al afirmar que "existen dos escuelas brasileñas de cirugía plástica que son tradicionales por su gran nivel de preparación: la de Víctor Spina, en Sáo Paulo, y la de Ivo Pitanguy, en Río de Janeiro". Pytanguy, cirujano plástico de renombre internacional, es el especialista más conocido entre el gran público. Él es quien elimina las arrugas de las cabezas coronadas de todo el mundo y rejuvenece los pechos de las más famosas actrices. Entre sus colegas despierta grandes odios junto a los más vivos aplausos. Uebel, claramente alineado en esta última postura, defiende a Pitanguy de sus detractores, y afirma que lo único de lo que pueden acusarle es de utilizar excesivamente la publicidad.
En su descargo, aduce que es el especialista que más ha contribuido a lograr el nivel actual que tiene la cirugía plástica en Brasil. Y asegura que lo que realmente ocurre con Pitanguy es que su éxito, su capacidad profesional y su nivel de vida -con avión privado incluido- despiertan muchas envidias. Operaciones de pecho, abdomen, piernas, caderas y contorno de la cara son las más solicitadas por las brasileñas.
Prótesis para problemas de impotencia
Los profesionales de la cirugía estética son partidarios de respetar las rasgos que definen las características étnicas. "Existe un tipo de belleza para cada tipo étnico, y evidentemente no se puede hacer el mismo tipo de párpados en Japón que en Brasil", advierte Baroudi. La transformación del rostro y el color de la piel del cantante norteamericano Michael Jackson es el típico ejemplo de lo que no se debe hacer. "Es una aberración. Yo no se lo aconsejaría a ningún paciente".
Una de las grandes preocupaciones actuales de los cirujanos plasticos es que sus pacientes tengan la suficiente estabilidad psíquica para aceptar su cambio de imagen, preocupación muy explicable si se recuerda el caso del hombre que disparó contra el médico que le había operado la nariz porque no le gustaba cómo lo había dejado.
Mientras que los expertos no han logrado todavía llegar a ninguna conclusión definitiva acerca de la eficacia del láser blando en cirujía estética, la técnica de lipoplastia por aspiración o liposucción (extracción de acúmulos de grasa mediante inyección), se considera muy positiva, fundamentalmente porque no deja cicatrices.
Junto a la cirugía plástica estética, que se ocupa de las desviaciones del canon estético, la cirugía plástica reconstructiva intenta restablecer el estado anterior a una lesión, recuperar una función pedida, pero sin olvidar los aspectos estéticos. Es la que se aplica a los accidentados, a quienes padecen enfermedades destructivas -tumores- y a los que nacieron con deformaciones congénitas.
De este tipo suele ser la cirugía plastica que se aplica a los órganos sexuales masculinos, donde en muy contadas ocasiones se interviene por motivos puramente estéticos (la ausencia de un testículo, que se reproduce con materiales sintéticos es una de esas excepciones).
Lo más frecuente son los implantes para reparar la impotencia masculina. Al igual que en el caso anterior se utilizan materiales sintéticos para fabricar piezas más o menos rígidas que se implantan entre los cuerpos cavernosos. Otro sistema muy extendido es la colocación de una vejiga hueca entre los cuerpos cavernosos, que se rellena por compresión de otro reservorio relleno de un material fluido que revierte al primero.
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