Un estadio de béisbol, improvisado depósito de cadáveres
Poco a poco, de siete en siete, la gente entra en el estadio de béisbol de la capital mexicana. "Aquí es adonde veníamos a divertirnos", recuerda una de tantas personas que han acudido al campo en las últimas 48 horas. "Ahora es un gran cementerio". El espectáculo ha cambiado radicalmente: el césped del estadio, con capacidad para unos 35.000 espectadores, se ha convertido en un enorme depósito de cadáveres.
El terreno de juego está ocupado por cajones de madera habilitados como ataúdes, bolsas de plástico y sábanas, decenas de ellas, con los cadáveres que han podido ser rescatados tras el terremoto que destruyó el centro de la capital mexicana. En este estadio se dan todo tipo de situaciones y casos. Una voz rompe el silencio: "102, desconocido". Quien habla es uno de los médicos que ha trasladado al estadio su consulta. "Una dama en estado", sentencia.Cadáveres de embarazadas, niños, jóvenes y adultos resposan entre enormes bloques de hielo. Hasta el momento, las autoridades de la ciudad de México reconocen oficialmente 3.461 fallecidos y 4.180 desaparecidos. Fuentes no oficiales cifran en al menos 10.000 el número de muertos en la catástrofe. El espectáculo en el estadio de béisbol arranca las lágrimas. Igual sucede con la zona que lo rodea, el barrio Colonia Roma, que prácticamente ha sido evacuado en su totalidad. Esa zona, que hace unos 40 años era feudo de la aristocracia mexicana, parece un lugar castigado por un bombardeo.
En el campo de béisbol, el ritual del dolor no se convierte en espectáculo de histeria. Tres psicólogos se encuentran allí para ayudar a quienes acuden a identificar los cadáveres, que ya están rociados con formol e hielo seco, para evitar el contagio de enfermedades.
"Ésta es una gran tragedia para nuestro pueblo", afirma uno de los doctores presentes. "Todos estamos de luto". Los cuerpos siguen llegando y la gente acude a recogerlos con sus propios ataúdes, en vehículos particulares o furgones funerarios. O llegan a pie y consiguen que se les dé uno de los cajones de madera, que transportarán a cualquier lugar en una ambulancia. Un hombre que ha ido a recoger el cadáver de su hija de 21 años no sabe que existe tal tipo de ayuda, por lo que con ayuda de un voluntario comienza a sacar en hombros el cajón con el cadáver de la joven, hasta que le sale al paso un funcionario para ofrecerle el servicio de una ambulancia.
Cada media hora se cierra un proceso burocrático por cada cadáver trasladado al estadio. Comienza con la identificación material del muerto, sigue la identificación legal, el acta médica y el acta judicial de defunción. Desde el campo de béisbol, al igual que desde otros depósitos de cadáveres improvisados, los muertos se dirigen a más de 100 cementerios en la zona urbana y suburbana de la ciudad de México, donde se están realizando 50 entierros por día.
Es una ardua labor la del rescate. Hay zonas donde la Prensa no ha podido Regar para hacer una crónica de los destrozos, como dañada zona de Bolívar e Isabel Católica -la más afectada-, centro financiero de la capital, o centro histórico, donde sólo i mural de Diego Rivera en el Pal cio Nacional, La leyenda de Qu, zalcoatl, está dañado.
760 edificios dañados
Según las autoridades municip del distrito federal, hay 760 edificios dañados -411 de ellos totalmente derruidos y 98 con grandes grietas y en peligro de derrumbamiento en cualquier momento- además de otros 102 con daños menor alcance. Según estimaciones preliminares, habrá que demoler alrededor de 1.000 edificiosUn gran número de camiones mudanzas circula constantemente por las calles de la capital mexicana. Extraoficialmente se calcula que alrededor de 120.000 personas se quedaron sin vivienda. Paralelamente, son más de 5.000 personos las que diariamente abandonan la capital.
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