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Peugeot-Talbot negocia con Industria una reducción de su plantilla

El grupo automovilístico de capital francés PSA, que agrupa a Citroën, Peugeot y Talbot, está negociando a marchas forzadas con el Ministerio de Industria y Energía la prórroga a su plan industrial, que finaliza el próximo 30 de septiembre. La empresa automovilística pretende conseguir nuevas ayudas que le permitan proceder a un ajuste en su plantilla de 1.800 trabajadores, al tiempo que ofrece la apertura de una nueva línea de producción en su fábrica de Villaverde, en Madrid, para fabricar el nuevo modelo Peugeot 309.

Las declaraciones al diario francés Le Monde del presidente del grupo PSA, Jacques Calvet, en las que amenazaba con reducir sus actividades en España, a menos que el Gobierno de Madrid apoyara los esfuerzos de la empresa para reestructurar su producción industrial en el país han sido limadas por fuentes de la empresa al asegurar que "nadie presiona si no le interesa permanecer en el país". En cualquier caso, sobre la mesa de negociaciones abierta entre la empresa y el Ministerio de Industria hay una petición y una oferta.

El grupo PSA pide nuevas ayudas de la Administración española para proceder a un nuevo reajuste de plantilla que afectaría a 1.800 trabajadores y ofrece, a cambio, la instalación en Villaverde de la cadena de producción -se instalaría con toda seguridad a finales del próximo año- del nuevo modelo Peugeot 309, que se lanzará al mercado a finales del próximo mes de octubre en Francia.

El ajuste de plantilla, según las fuentes de la empresa consultadas, es el único compromiso del plan industrial que el grupo francés firmó con la Administración, en octubre de 1982, que no se ha cumplido. En aquel plan, que vence el próximo 30 de septiembre, se preveía un excedente de plantilla de 4.500 trabajadores y la regulación final sólo afectó a 2.700 trabajadores.

Resultados equilibrados

Para finales del presente ejercicio, las estimaciones de la empresa señalan la obtención de un cash-flow (beneficios más amortizaciones) equilibrado, lo que supondría una nueva reducción en las pérdidas del grupo en España. En 1984, los resultados fueron negativos en 5.600 millones de pesetas, cuando el año de la firma del plan las pérdidas superaban los 12.000 millones de pesetas.

Las afirmaciones del presidente del grupo a nivel internacional, Jacques Calvet, han sido interpretadas por fuentes del sector como un último intento por acelerar las negociaciones entre las partes y llegar a un acuerdo antes de que expire el plazo del todavía en vigor, plan industrial del grupo. Esta tesis la podría reforzar el hecho de que Jacques Calvet visitó España este verano, lo que le pudo dar una visión de primera mano del estado de las negociaciones.

El plan industrial que está a punto de expirar incluyó una inversión de 12.000 millones de pesetas para modernizar la fábrica de Villaverde, así como un fuerte saneamiento financiero que supuso dos ampliaciones de capital por importe de 6.000 millones de pesetas.

Las ayudas oficiales comprometidas se elevaban a 4.300 millones de pesetas en créditos del Banco de Crédito Industrial y otra cifra similar por parte del ICO. La producción prevista y cumplida para 1985 era de 100.000 unidades, de las que 30.000 estaban destinadas a la exportación.

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