El rescate policial concluyó en Guayaquil con la muerte del banquero y la de sus captores
El secuestro del banquero ecuatoriano Nabim Isaías, de 54 años, concluyó en la madrugada de ayer en la ciudad de Guayaquil con la muerte del financiero y la de sus secuestradores, tras el asalto policial al inmueble donde permanecía retenido por sus cinco captores desde el pasado sábado. El secuestro había sido reivindicado por la organización guerrillera ecuatoriana Alfaro Vive, que realizó una operación combinada con efectivos del grupo colombiano Movimiento Diecinueve de Abril (M19).
A las 3.20, hora local (las 10.20, hora peninsular), del día de ayer, miembros de las fuerzas especia les del Ejército ecuatoriano derribaron con un explosivo de escasa potencia una pared de la villa de dos pisos donde se hallaba confinado el banquero Isaías en el barrio La Chala, de Guayaquil, a 400 kilómetros al suroeste de Quito. Antes de que los militares llegaran hasta Isaías, sus secuestradores le dispararon tres tiros, dos de los cuales le alcanzaron en el estómago y uno en el tórax. Pese a ello, no murió en el acto y pudo ser trasladado, gravemente herido, a una clínica cercana, donde falleció en la mesa de operaciones por un paro cardiaco. El rescate era "técnicamente perfecto" en su planteamiento, declaró posteriormente el arzobispo de Guayaquil, Bernardino Echeverría, quien anteriormente se había ofrecido para ser canjeado por el banquero sin que esta propuesta fuera aceptada ni por unos ni por otros. "Algo debió de fallar, pues eligieron a los mejores hombres para rescatarle", agregó.
Los cuatro secuestradores también murieron durante el tiroteo. Otro secuestrador había muerto la víspera. La identificación, de las víctimas, entre las que había una mujer, permitió determinar que dos eran de nacionalidad colombiana, Gloria Mendoza y Fabián Medina, nacidos en Cal¡, en tanto que un tercero era ecuatoriano nacido en Quito, Fernando Rodas; no pudo determinarse. la identidad del cuarto por no llevar documentos, pero se cree que era un hombre al que denominaban Antonio, quien mandaba el grupo. Las edades de los secuestradores, según la policía de, Guayaquil, oscilaban entre los 18 y los 29 años.
Tras el primer tiroteo con las fuerzas de seguridad que sostuvieron los setuestradores el ser localizados, éstos exigieron, como condiciones para liberar a Isaías, cinco millones de dólares (unos 820 millones de pesetas), su traslado sin problemas hasta el aeropuerto, un avión para salir del país y la libertad de 50 presos del Movimiento Diecinueve de Abril (M-19) de Colombia y del grupo guerrillero ecuatoriano Alfaro Vive, que fue el que reivindicó la acción.
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