Juan Pablo II condena la poligamia, el aborto y la anticoncepción
Juan Pablo II dedicó ayer su primera semana en Kenia a hacer un minisafari fotográfico de dos horas en el célebre parque natural de Masai Mara, una de las reservas de animales más importantes del mundo, con una extensión de 3.000 kilómetros cuadrados, que se extiende hasta- los confines de Tanzania. Después, el Papa casó a 32 parejas en Nairobi y pronunció una homilía en la que condenó la poligamia, la anticoncepción y el aborto.En dicha reserva natural, donde se calcula que hay más de un millón de animales, muchos de ellos en peligro de extinción, existe la famosa tribu guerrera de los masai, que ha dado el nombre al parque y cuyos miembros, antiguamente, eran nómadas.
Para poder ver a las principales especies que se encuentran en este parque es necesario salir temprano, a la hora en la que las bestias van a cazar. Así lo hizo Juan Pablo II, quien pudo contemplar también un grupo de elefantes, gacelas, impalas y, sobre todo, pudo ver a una leona con sus dos crías que se estaban desayunando a una gacela recién atrapada, como informó el portavoz del Papa, Joaquín Navarro, que seguía con otro vehículo en el que también iba el médico personal de Juan Pablo II y otro médico local y una enfermera impuestos por el Gobierno de Kenia.
Visita a los masai
En el parque Masa¡ está prohibido a los turistas bajarse del coche para hacer fotografías, sobre todo por motivos de seguridad. Al Papa le habían permitido que lo hiciera, aunque Juan Pablo Il prefirió seguir las normas del reglamento. No obstante se bajó para acercarse a un grupo de la tribu de los masai, con sus vestidos típicos y la cabeza rapada al cero, que habían preparado al Papa, para que pudiera acariciarlo, un pequeño rinoceronte de seis meses. Le habían dado mucho de comer para que no se escapara.
Con ellos estaba el párroco de aquella tribu, un sacerdote holandés que habla perfectamente la lengua de los masa¡ y que vive con ellos. Juan Pablo II, bromeando, le preguntó si también los animales formaban parte de sus feligreses, y el párroco le respondió: "No, por favor, es mejor que ellos nos dejen en paz".
Uno de los jefes de la tribu le hizo a Juan Pablo II un regalo precioso aunque poco ecológico: una piel de mona de la raza Columbus de color blanco y negro.
Es el regalo que antiguamente los masa¡ hacían a los amigos en señal de paz. Hoy es difícil conseguirla porque el Gobierno de Kenia tiene prohibida la caza de animales bajo la pena de seis meses de cárcel y la multa de 100.000 pesetas. Precisamente uno de los motivos oficiales de la visita del papa Wojtyla al parque Masai era la de rendir un homenaje a la voluntad de defensa de la naturaleza que mueve ahora al Gobierno de este país.
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