Contratiempos de los españoles en la Arena de Verona
La Arena de Verona, el hermoso anfiteatro romano, alzado a comienzos de nuestra era, ha llegado a convertirse en uno de los lugares sagrados para el constante peregrinar de los amantes de la ópera. La antigua ciudad véneta es una fiesta. al caer la tarde, y en los cafés de la plaza de Bra se respira el clima de expectación' horas antes del espectáculo. La Arena de Verona ha venido celebrando su 63º Festival de Ópera-Ballet y Conciertos, desde el 4 de julio y finalizará el próximo 30 de agosto.Hoy tendrá un recital José Carreras e suoi ospiti (y sus invitados), con la Orquesta RAI de Turín, aunque el programa no especifica quiénes serán los invitados del gran tenor barcelonés.
Los responsables de la programación del ente lírico para este año han recurrido a tres óperas de Verdi: la inevitable Aida, que permite aprovechar al máximo las posibilidades panorámicas del magno escenario del anfiteatro veronés; Il trovatore y Attila. Una buena selección para apreciar la obra de Verdi en diferentes etapas de su carrera. En la sección de ballet se ha podido ver una Giselle en la que han alternado Carla Francci y Elisabetta Terabust como protagonistas.
Sobre la ONE
En cuanto a los conciertos sinfónicos y vocales, son varias las orquestas y solistas que han pasado por el festival (Filarmónica Teatro Allá Scala, Filarmónica de Katowice, RAI de Torino, Dresdner Staats Kapelle, la de la propia Arena ... ), pero nos interesa dejar constancia de la actuación de la Orquesta Nacional de España.0NE), bajo la dirección de su titular, Jesús López Cobos.La ONE tenía dos actuaciones, una de ellas dentro del ciclo sinfónico, en la que contaba con la colaboración del solista de piano Joaquín Achúcarro. Se interpretaría música española de Albéniz, de Falla y Turina. Pero la ONE sólo pudo ejecutar la primera obra del programa porque una fuerte tormenta obligó a suspender el concierto.
1 La otra actuación se desarrolló en su integridad y formaba parte del ciclo vocal-instrumental que presenta el ente autónomo de la Arena. Se trataba de un recital de ópera con ocho conocidos cantantes (Montserrat Caballé, José Carreras, Dalmacio González, Luis Lima, Alicia Nafé, Juan Pons, Raquel Pierotti y Natalia Troitskaya), acompañados por la "Orchestra Nazionale Spagnola", dirigida por López Cobos.
No se prestigia el ilustre maestro español prestándose a dirigir un repertorio incoherente, en labor más propia de un maestro practican, al frente de una orquesta sin experiencia teatral alguna.
En un lugar como Verona, ante un público entendido, no conviene ofrecer un popurrí operístico como el que escuchamos, constituido por una interminable (fue el espectáculo más largo del festival) sucesión de romanzas, arias y dúos. Montserrat Caballé estuvo inmensa como actriz y como cantante, con esa capacidad expresiva y asombrosa técnica que llena el escenario y suscita una admiración sin reservas. Cantó además la única pieza que justifica recitales mosaico de este tipo: un fragmento de Adelia, ópera irrepresentable de Donizetti.
Carreras conmovió al auditorio en su primera salida, cantando con entrega, poderío y emoción el Lamento de Federico, de La arlesiana, de Cilea, pero acabó con síntomas de cansancio al repetir al final el dúo Vicino a te, de Andrea Chenier, de Giordano. Juan Pons, espléndido como siempre por fraseo y afinación, mostró su voz en plenitud. Dalmacio González siempre atrae por la musicalidad, y Alicia Nafé cantó con el buen gusto que acostumbra.
Pero el gran triunfador de la noche fue el tenor argentino Luis Lima, aclamado en sus populares y muy bien elegidos fragmentos, que cantó con pureza de línea y ceñido lirismo, hasta el punto de oscurecer indebidamente la actuación del tenor español José Carreras.
Babelia
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