La nueva resurrección del 'western'
Otra vez comienza a hablarse en Estados Unidos de que se avecina una nueva oleada de películas del Oeste, hasta el punto de que algunos comentaristas cinematográficos apuntan una posible resurrección de un género de filmes que se consideraba prácticamente extinguido o a punto de estarlo. El western ha sido dado por muerto en muchas ocasiones y hasta ahora siempre ha encontrado ocasión para resucitar con fuerza y capacidad de convocatoria renovadas. El estreno y enorme éxito de una nueva película del género, la expectación creada por otra aún sin estrenar, los antecedentes de otras resurrecciones históricas y la masiva reposición en Estados Unidos de westerns clásicos, son algunos de los indicios que apoyan esta verosímil profecía.El recientísimo estreno y fulminante éxito en Estados Unidos de Pale Rider, una película del Oeste considerada por la crítica neoyorquina como "del viejo estilo", interpretada y realizada por Clint Eastwood, sumado a la expectación creada por Silverado, otro filme del llamado género de géneros, dirigido por Lawrence Kasdan, y a la creciente atención e incluso apasionamiento de las nuevas generaciones de norteamericanos por los westerns clásicos, cuyos más famosos, y algunos de ellos legendarios, títulos se reponen con gran audiencia en salas especializadas y en cadenas de televisión de los Estados Unidos, se consideran indicios de que tal resurreción es inminente.
En el primer fin de semana de su estreno, a finales del pasado mes de junio, Pale Rider se encaramó al primer puesto de las recaudaciones en Estados Unidos, con un resultado de taquillaje superior a los 9 millones de dólares, lo que en solo dos días de exhibición supone un extraordinario logro comercial.
En el primer fin de semana de julio, y esto puede clarificar el alcance del éxito de Pale Rider, la máxima recaudación correspondió a otro estreno muy esperado: Back to the Future, una producción de Steven Spielberg cuya presentación fue precedida de una campaña publicitaria mucho mayor que la de Pale Rider.. Pues bien, la racaudación de este western en esos dos días cruciales fue de 7 millones de dólares, dos menos que el de Eastwood, presentado con mucha menos inversión publicitaria.
Las miradas de los expertos del mercado están puestas, tras el estreno de Pale Rider, en la presentación de Silverado, otro filme del Oeste de corte clásico que, como consecuencia del triunfo de la película de Eastwood, ha subido espectacularmente en el termómetro de la expectación. El director del filme -que dirigió The Big Chill- es Lawrence Kasdan, y su película narra las aventuras de cuatro forajidos en el escenario histórico -tantas veces evocado en el westem clásico- de las guerras ganaderas y las rutas trazadas por vaqueros y reses desde las turbulentas Abilene y Santa Fe a los mataderos de las ciudades del Este de los Estados Unidos.
El comienzo de las muertes y resurrecciones del cine del Oeste se remonta a la mitad de los años cincuenta. El primer vaticinio lo formuló en artículos dispersos el crítico francés André Bazin, que auguraba la decadencia y desaparición de lo que él mismo llamó "cine norteamericano por exce lencia", como consecuencia de su pérdida de la pureza original y su intercomunicación con otros gé neros, en especial el llamado cine negro. La obra westerniana de, entre otros, Budd Boetticher y Anthony Mann de sinintió, con una resurrección del género, el alcance de la profecía.
Otro vaticinio similar lo formuló años después el profeta del cine underground de Nueva York Jonas Mekas, que desde su columna del Village Voice entonó un réquiem por, en sus mismas palabras, "la poesía de las praderas". Desde finales de los años 50, la televisión comenzó a lanzar series de westerns, que en efecto dañaron la producción, sobre todo en lo que respecta a regularidad, de filmes del Oeste. El surgimiento en esos años de cineastas bien dotados para el western, como Tom Gries, Arthur Penn, George Roy Hill y Sam Peckinpah fue una nueva y vigorosa resurreción.
En los años 70 y 80 se anunció una nueva defunción del género; pero éste sobrevivió en filmes argumentalmente situados en otros escenarios, mediante un trasvase de estilos y lenguajes. Filmes como Apocalypse Now y La ley de la calle, de Ford Coppola, o la serie de La guerra de las galaxias, de George Lucas, son considerados, entre otros, auténticos westerns con otros ropajes y en otros escenarios. El cineasta Roy Hill asegura que el western se ha aletargado, pero que no ha muerto, y anuncia su nuevo despegue.
